Querida Trinidad:

Debes tener el ego hinchado como un globo. Ahora Rubalcaba, el ministro listo del gobierno y encima, -según la revista Vanity Fair-, sexy, apostando por tu candidatura. Cuando la semana pasada se pronunció Zapatero, creí que era un disloque de los suyos, pero ahora siento envidia ¿pero qué tienes para gustarles tanto?. Podrías hacerte millonaria, solo con vendernos la receta a los miles de mujeres, que con la misma edad que tú, nos sentimos invisibles, incapaces de provocar deseos de ningún tipo.

La emociones que suscitas en "tu padre" y en "tu padrino" y el empeño por obstaculizar la labor del adversario, son de tal calibre, que han conseguido desestabilizar la psicología del votante y ahora encuentra dificultad para distinguir la ideología de izquierdas con la de derechas, y no sabe si sois adeptos al principio de igualdad de Karl Marx o quereís seguir metidos en el camarote de los hermanos Marx.

Nadie alude a tus conocimientos, pero en cambio resaltan que eres popular, que estás en forma óptima, que eres dialogante y que sonríes con facilidad, justo lo mismo que se necesita para vender productos financieros que arruinen al ciudadano. Por eso si fracasas en Madrid, vete con Emilio Botín pero, ¡ten cuidado!, allí juegas con su dinero y las malas inversiones en lugar de premiarse se pagan con el despido. Nunca te perdonaría la millonaria compra de Tamiflú para la gripe A.

Estos días he leído que te quejas del trato que te da la derecha, no te preocupes no pueden llegar muy lejos, arrastran lastres tan graves o más que los vuestros. No te confundas, a pesar de la publicidad, quedamos un pequeño grupo de ciudadanos que todavía conservamos la facultad de pensar.