El Ayuntamiento de Huesca ha decidido ceder un solar al Obispado para que construya en él una nueva parroquia. Bueno, realmente ha sido el equipo de gobierno formado por el PSOE y por el PAR que pese a quien pese entre los diestros y los siniestros, son los que mandan.

Por lo visto la Iglesia, esa institución que si fueran minoritaria se podría calificar con otro sustantivo, se ha dado cuenta de que tiene sus locales ya existentes llenos a rebosar y que precisa urgentemente de uno nuevo en el que exponer sus ideas a tantos fieles abandonados en la calle. Y además al ir a echar la mano a su “dinero cash” se ha dado cuenta también de que no tiene suficientes fondos y que tenía que apelar a su propio discurso y pedir caridad a la autoridad correspondiente.

Llevo días dándole vuelta a esta cabeza mía para encontrar un sentido, una excusa, un motivo racional para tal decisión. Desespero y no puedo hacerlo. Si fuera otra la fuerza política gobernante juro y perjuro que lo habría intentado igual y que tampoco lo habría entendido.

Sr. Alcalde: como alcalde nuestro que es nos debe una explicación y como nos debe una explicación me temo que no nos la va a dar

Esta cabeza mía debe de estar ya, quizás, un poco desmadrada y me hace ver y sentir una realidad que no existe. En esta ciudad mía todo es perfecto e idílico. Todos estamos muy sanos y fuertes y no necesitamos nuevos centros de salud. Todas las familias tienen a sus niños en centros de educación infantil y no necesitan de otros nuevos. Todos los mayores que pasan sus largas horas matinales en nuestras calles y plazas es porque les gusta nuestra arquitectura y no porque no dispongan de centros de día adaptados a sus necesidades. A todos nuestros estudiantes les sobran los libros y no necesitan nuevas bibliotecas acordes a este siglo veinte (perdón, veintiuno). A todos los conductores de nuestras calles (demasiados, eso sí, pero no es el momento) les gusta emular (que me perdone la SGAE) a Nani Roma (zaragozano de adopicón por cierto) e ir esquivando los abismos asfálticos que nos engullen a diario. Y a todos los aventureros qué les puedo decir si tienen la enorme fortuna de poder realizar su actividad en un en tiempos “parque” que ahora se asemeja a pastos montañeses, estepas monegrinas, huebras como las de mi abuelo o albercas como la de Loreto, que para todo hay.

En fin, que nos podemos permitir prescindir de todo esto, de nuevos ingresos, de nuevos servicios. Si es así ¿será porque Dios quiere o porque quieren los dioses terrenales?

Ya sólo podemos pedir al obispo de por aquí que rece mucho, muchísimo por nosotros porque lo que muchos sentimos y pensamos al conocer semejante despropósito estoy seguro de que tiene que ser pecado mortal, por lo menos, si estuviera seguro de que semejante grado existe.

Sr. Obispo: Enhorabuena y olé sus pastorales.

Sr. Alcalde: como alcalde nuestro que es nos debe una explicación y como nos debe una explicación me temo que no nos la va a dar.

Oscenses todos (¿yo he dicho eso?): ¿tendremos un nuevo paso para la Semana Santa? ¡Qué nervios, por Dios! (¿también he sido yo?)

¿Será porque Dios quiere o porque quieren los dioses terrenales?

Lo único cierto en todo esto es que sabemos a nombre de qué Santo van a hacer la “escritura” de su nueva iglesia (San Francisco de Asís), pero lo que no sabemos es ¿A santo de qué?