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La Señora Aído ministra de Igualdad intentó justificar el aborto de las menores afirmando que éstas ?también se ponen tetas? haciendo alusión a el aumento de pechos en menores.
Me sorprendió que el otro día la señora ministra Bibiana Aído dijera que el nasciturus era un ser vivo pero no un ser humano. Y es que tal aserto me dejó pensando de qué especie se trataría (una cebolla, un elefante, un perro…). Pero la respuesta vino rápida: unos cuantos días después la titular de ese ministerio que llaman “de igualdad” afirmó, para justificar el aborto sin consentimiento paterno de las menores, que éstas “también se ponen tetas”. Resulta sorprendente, cuando menos, puesto que pone en el mismo orden una operación de aumento de pecho con un aborto. Dadas las cosas, decidí indagar más a fondo acerca de las dos afirmaciones, de tal manera que puse en relación ambas: si el aborto se justifica por la inyección de silicona en las glándulas mamarias de la mujer quiere decir que la vida del concebido no nacido vale tanto como la silicona. En resumidas cuentas, que nuestra flamante intelectual ministra ha vendido la dignidad del nasciturus, y por tanto la dignidad de todos los hombres, a la silicona. Que pena.
La titular de ese ministerio que llaman “de igualdad” afirmó, para justificar el aborto sin consentimiento paterno de las menores, que éstas “también se ponen tetas”