Una vez más, y como ya es habitual, vemos la pasión que destacan las propuestas políticas en referencia a los comicios que se celebran, sean los que sean estos. En este caso, se han celebrado los comicios Europeos, esos que tanta importáncia tienen debido a la relevancia de europa en las leyes nacionales, pero una vez más el partido mayoritario de la abstención ha sido el ganador con una clara mayoria absoluta del 54%.

Esto no es de importáncia, pues el 46% que si ha votado es suficiente para que aquellos que ni siquiera saben hablar inglés, ocupen sus poltronas en Bruselas, decidiendo -a través de sus traductores con un valor de 420 millones de euros anuales- así aquellas leyes que nos saquen de la profunda crisis que en su dia nos metieron.

Por otro lado, la abstención parece no importar en las filas partidistas, pues diciendo el ya habitual discurso de la autoreflexión, parece que el problema de la falta de interés político se supla por las descargas de euforia, a veces infantil, de los políticos que nos gobiernan.

Estoy convencido que cuando las figuras políticas que nos gobiernan decidan hacer tal reflexión, se den cuenta que el partido de la abstención no ha ganado por irresponsabilidad política de la ciudadania, tal como surigió en un comicio anterior la Señora Inma Mayol, sino que los motivos van encaminados mas bien a la falta de explicaciónes lógicas, a las amenazas e insultos constantes entre partidos, a la imagen que dan de que piensan que la ciudadania es idiota (con perdón), a la falta de autocrítica, a la falta de sensibilidad de los problemas REALES de las personas, y así, un largo etcétera.

Por esto y por mucho, desearle al partido de la abstención un largo mandato, significará que las personas tienen voz, aunque esto no sea lo más idóneo en política.