Espeluznante, a sí se podría calificar esta noticia. Me he preguntado muchas veces como unos padres pueden tener la sangre fría de maltratar a un hijo, a ese premio que el amor, o así se supone, de dos personas crea. Nunca lo entenderé y por más noticias que leo, más me sorprendo y más me indigno.

La última ha recobrado actualidad al iniciarse este martes el juicio. Se acusa a dos padres de violación, abuso, provocación sexual y corrupción de menores contra sus tres hijos. Los "supuestos autores", (como odio esta expresión) lo han negado tajantemente, mientras tanto la fiscalia pide penas de 133 años, en concreto para la madre de 77 años de prisión y para el padre de 41 años.

Los hechos ocurrieron entre el año 2000 y 2004, fecha a partir de la cual la administración obtuvo la tutela de los menores con edades comprendidas en aquel momento entre los 12, 11 y 6 años.

Gracias a la retirada de la tutela los niños confesaron en sus respectivos centros de internamiento. El hermano mayor confesó a los terapeutas cómo su progenitor le sodomizaba mientras su madre le sujetaba la parte delantera de su cuerpo, minimizando cualquier posibilidad de oposición. Todo esto ha sido negado por los acusados

El acusado ha admitido que el tema de las relaciones entre sus hijos "se les fue de las manos (INCREIBLE). Y si firmamos el informe fue porque nos dijeron que acabaríamos antes con todo este jaleo".

Por su parte, la madre ha insistido en que su hija "era muy mentirosa. El mayor, no. Pero la mediana era muy fantasiosa".

Ambos progenitores se encuentran en libertad con cargos a la espera de que se dicte sentencia.

Solo espero que de verdad se haga justicia y que el daño irreparable de estas victimas sea minimizado al máximo posible.