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Con un más que notable adelanto (aproximadamente algo más de dos semanas de anticipo en todo el país), en la tercera semana de julio arrancaron las vendimias 2017 en España. Fue en Montilla-Moriles donde se iniciaron los trabajos de corte de racimos de las variedades blancas tempranas destinadas a vinos jóvenes. Les seguirían días después los pagos más precoces de las Islas Canarias y del Marco de Jerez. La vendimia en Castilla-La Mancha, principal región productora de España y del mundo, arrancaron entre el 5 y el 10 de agosto, con más de 20 días de antelación respecto a una campaña media. Lo cierto es que, en toda España, lo de las "campañas medias" empieza a ser ya una quimera a falta de que se confirme, por un lado el potencial de producción real y efectivo de cada una de las regiones y, por otro, los efectos del cambio climático en aspectos como el de las fechas de vendimia. Una vendimia incierta El sector encara una vendimia realmente incierta, porque hubo heladas importantes en el norte del país, que se suman a la sequía en buena parte de España. Tanto la climatología de julio y como la que se espera en septiembre van a ser determinantes, porque si el verano cesa con temperaturas muy elevadas, las estimaciones podrían, incluso, ser inferiores. Es por ello, por lo que entre los tres principales productores del mundo como son España, Francia e Italia, se estima una producción de 20 millones de hectolitros menos este año respecto al año anterior.