La agresión que un árbitro de fútbol sufrió en el campo del CD Mediterráneo hace cuatro años ha tenido dos trayectorias en el terreno judicial: la responsabilidad penal de los autores y la reclamación de indemnizaciones por parte de la vía civil. Una vez zanjada con sentencia la primera, se reactiva en un juzgado de Primera Instancia de Cartagena la segunda, en la que el colegiado, a través del letrado de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia pide a los dos jugadores una indemnización de unos dieciséis mil. Las defensas, que llevan Alberto Pignatelli y Raquel Fernández, por un lado, y Delfín González, por otro, estiman que la cantidad no debe superar los cuatro mil euros.

Esa cifra la basan en un informe forense, mientras que el abogado de la Federación tiene como base los seis meses que tardó el colegiado en volver a arbitrar encuentros. La reclamación es solidaria a los dos jóvenes y en esta causa no está incluido el aficionado que también fue condenado en la vía penal.

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