Vaya esta recomendación por delante, que no se fíe nadie del mal hacer de este Gobierno socialista; en un país como España, todo es posible. A pesar de la cantidad de desaciertos, ingerencias en nuestras vidas, intervenciones desafortunadas, cuando no alevosas en contra de la idiosincrasia o cultura dominante de nuestro pueblo; el inquilino de la Moncloa es lo bastante cínico y habilidoso como para hacer dos morisquetas que agraden o despierten los más bajos instintos de una buena parte de nuestros conciudadanos, para que pese a todo, le vuelvan a votar y en consecuencia con un mandato popular legitimado pueda continuar haciendo de las suyas impunemente.

El gran mal de España no es nuevo, data desde tiempos inmemorables hasta ahora, y ha devenido en que no somos en realidad demócratas, y mucho menos liberales. No lo fuimos en el pasado; ni los treinta y pocos años de esta joven democracia han conseguido hacer de nosotros, los españoles, personas reflexivas, rigurosas y cargadas de fundamentos racionales, en lo que a la valoración y enjuiciamiento de la batalla ideológica y política se refiere. Nos seguimos moviendo por sentimientos y por pasiones. Brilla en nuestra forma de enjuiciar, sobretodo por su ausencia, el análisis racional y veraz y lo que es más importante, casi todo lo que la izquierda vende como bueno no son más que ideas trasnochadas con una gran carga de resentimiento y con muy poca altura de miras. Hay que convencerse, esto no es Inglaterra, ni Holanda, ni mucho menos Estados Unidos, aquí seguimos pensando que "se está conmigo o contra mi" y que los adversarios políticos, más que conciudadanos respetables, son básicamente enemigos monstruosos y odiosos a los que hay que eliminar como sea. En una palabra, las imágenes captadas por el genial pintor de Fuendetodos siguen presidiendo las relaciones interpersonales. Como Ustedes comprenderán, así no se va a ningún sitio ni se puede construir nada en positivo, ni mucho menos avanzar. No nos ponemos de acuerdo en nada, salvo los políticos entre sí, y sus correspondientes y espurias alianzas con una parte de la casta dirigente que es quien monopoliza el poder efectivo en España desde hace más de siglo y medio.

La oposición, en vez de entrar en un debate profundo e ideológico y hacer que entre la Luz del conocimiento en todos estos problemas y diferendos, es tan sumamente miedosa y pacata que juega a no alborotar el avispero y renuncia a que las decisiones se tomen a la luz de la verdad y del conocimiento. Quieren ganar por los errores del contrario y allí es donde se equivoca. Nos hace falta un liderazgo claro y capaz de ilusionar y cohesionar a la mayoría de los ciudadanos de España, que indistintamente y por encima de sus creencias políticas, compartimos valores, fundamentos y esperanzas. Dónde están esos lideres?; Cómo es posible que lo mal hecho, el despotismo, el nepotismo y la corrupción a todos los niveles, ¡pero a todos los niveles!, y en todos los ámbitos de la vida pública y privada, nos dejen indiferentes y en muchos casos nos hayamos acostumbrado a vivir con la "mierda" en las narices y hacer como que no la sentimos. Solo es posible porque, como digo, es un MAL MORAL, que afecta a una porción importante de nuestra sociedad y que hace que la otra parte "DESISTA" y deje hacer ya aburridos y aborrecidos, de tanta contumacia suicida.

Los Españoles vivimos cogidos en nuestra propia trampa, atrapados en las redes de nuestras propias miserias morales. Nos puede lo inmediato, aunque sea una "boñiga", con tal de que nos parezca que se nos reconoce por encima del común. Nos engañan como a los indios, con espejitos y chucherías, y nuestra clase dirigente utiliza con gran habilidad estos recursos porque llevan siglos ejerciendo y conocen perfectamente, en cuanto a las ideas, lo que yo llamo el pensamiento "Sancho Panza", que es el sentir dominante en la mayoría de nuestros conciudadanos.

Platón, en su gran obra La República, nos describe muy bien como los seres humanos somos capaces de vivir metidos en una caverna física y moral, encadenados unos a otros, sin posibilidad de movernos más que lo justito, que hasta incluso darse la vuelta es un ejercicio imposible y que esta abyecta condición nos acabe pareciendo más que aceptable, incluso cómoda y lo que es peor, nos quita definitivamente las ganas de liberarnos, salir de la cueva, buscar nuevos mundos y nuevos horizontes y desafiar así la condición de esclavos, que posteriormente sería lo único que nos permitiría vivir con libertad y con un mínimo de dignidad respecto a nuestra condición de seres humanos. Muy al contrario, observen como se comporta esta inmensa mayoría de esclavos cuando alguien de los suyos consiguió liberarse de la esclavitud y tiene la coherencia de volver, e intentar hacerles ver que otro mundo es posible, que la vida tiene muchos horizontes y que vivir sin libertad es lo peor que hay. Habrán observado con que saña se revuelven todos contra el mensajero de la libertad. Supongo que todo esto le resulta conocido y familiar, y que hasta Usted mismo, querido lector, que ha demostrado tener algo más en la cabeza, Usted que todavía tiene inquietudes y cree en el poder y en la bondad de la libertad y de la verdad, como con frecuencia, dado "el pensamiento dominante", llega a dudar. NO DUDE, necesitamos redoblar los esfuerzos en pos de la libertad y bajo ningún concepto renunciaremos a ello.

Al cierre de este artículo me llega la triste noticia de que el pensamiento buenista – ese que consiente asesinar a millones de bebes indefensos, pero que en cambio se duelen de la fiesta de los toros-, acaban de prohibir "democráticamente", la fiesta de los toros en todo el ámbito territorial de Cataluña. Cuanta estupidez y cuanta inconsecuencia pueden llegar a lucir lo más estúpido de nuestros modernos "progres", ni siquiera saben que caen en una de las más grandes contradicciones: creerse humanista y negar lo humano. Creer que la condición humana puede cambiarse por convenciones sociales y que la vida de los seres humanos solo es posible por convención. Así hemos llegado a los grandes TOTALITARISMOS del Siglo XX. Muchos de ellos sienten nostalgia y se empeñan en practicar ingeniería social. Prohibiendo la fiesta de los toros en Cataluña solo conseguirán ser cada vez menos libres, porque en el fondo lo único que les importa es la uniformidad y que nadie piense y actué de acuerdo a su propia conciencia; les priva el reglamento de lo que ellos consideran políticamente correcto y se olvidan que cada ser humano es individual, único, irrepetible, provisto de albedrío y de una dignidad, que en esto sí, nacemos todos con la misma carga. Viven en su "caverna" y nos la quieren imponer a los demás. Yo por mi parte no pienso dejarles el camino libre. Llevo toda la vida dedicado precisamente a ampliar los horizontes de libertad del ser humano y bajo ningún concepto, ni por ninguna idea pienso abandonar.

Adolfo Herrera Wehbe

Presidente del pCUA