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El proyecto para dar paso a la circulación rodada por la Explanada de España en Alicante, suma barias "coincidencias" con muy poca, o ninguna, apariencia de casualidad
Que a la señora alcaldesa se le ocurra una intervención así y justo en la Explanada, cuando en dicho paseo se están realizando obras, como poco es una muy afortunada "coincidencia"; una "suerte" que sin duda alguna, habrá hecho muy feliz al adjudicatario de siempre. Que la idea feliz de cargarse una zona peatonal sea consecuencia directa de otra igualmente feliz, la de cerrar al tráfico la calle Altamira; cuya utilidad real e intencionalidad desconocemos, pues la "razones" expuestas hasta ahora no parecen tener relación alguna con la realidad; es mucha casualidad.
Coincide también con el reciente "chou" municipal del circuito de bici, que hace peatonal el vial que recorre la Explanada ¿Cómo se puede abanderar el uso peatonal de la ciudad y al mismo tiempo cargarse una de las pocas zonas peatonales de calidad que quedan en la toda ciudad? Y además, hacer ambas cosas en el mismo paseo; un paseo que es la postal de Alicante en el mundo.
La fotografía con logo es de la pagina del Patronato Municipal de turismo de Alicante; tras arrasar dicho espacio de convivencia, me pregunto ¿Qué imagen usaran ahora para la promoción turística?
Coincide también; con el parcheo, hace poco, del asfalto en la esquina de Pascual Pérez con Castaños, que confirmo mis sospechas de que se lleva a cabo un "PARCHEO ALEATORIO" pues no existía en dicho cruce (Que transito a diario y conozco bien) bache o daño en el firme que justificara el gasto y también me lo confirma el antecedente que me puso sobre la pista de los trabajos que, aparentemente, se realizan para redondear presupuestos; el parcheo hace ya algún tiempo, de un tramo de la calle Villavieja, justo entre Santa Maria y el museo de la Asegurada; donde se arranco una capa de asfalto en perfectas condiciones, para al día siguiente colocar otra idéntica y sin haber realizado ningún otro trabajo en dicha zona.
Tanta "providencia" seguida, en lugar de parecer fruto de la mala suerte de nuestra alcaldesa, bien parece ser una estrategia, un plan preconcebido para que cierto adjudicatario favorito sanee sus cuentas de resultados a costa de las arcas publicas.