Los girasoles son una de las plantas más populares cultivadas en todo el mundo, conocidas por sus impresionantes flores doradas y sus deliciosas semillas. También son conocidos por su amor por el clima cálido, prosperando en climas donde las temperaturas oscilan entre 21 y 26°C.

La razón por la que los girasoles crecen mejor en clima cálido se debe a su composición biológica. Los girasoles son un tipo de planta que pertenece a la familia Asteraceae y se clasifican como cultivos de temporada cálida. Esto significa que requieren temperaturas cálidas del suelo para la germinación y temperaturas cálidas del aire para el crecimiento y desarrollo.

En clima cálido, las raíces de los girasoles absorben agua y nutrientes de manera más eficiente, permitiéndoles crecer más altos y producir flores más grandes. Además, el clima cálido promueve la fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas convierten la luz solar en energía, lo que ayuda a los girasoles a producir más semillas.

Sin embargo, el calor excesivo también puede ser perjudicial para los girasoles. Si las temperaturas superan los 32°C, puede causar estrés en la planta, lo que lleva a la marchitez y al crecimiento retardado. Por lo tanto, es importante monitorear y mantener el rango de temperatura ideal para el crecimiento óptimo de los girasoles.

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