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Es un proyecto que se inició en Suiza en 2005 y que ha tardado 10 años en hacerse realidad. Tras la idea está Bertrand Piccard familia pionera de la aeronáutica (su abuelo inventó el Batiscafo que bajó a una profundidad de 1.800 metros en el fondo del mar)
El Solar Impulse es un proyecto desarrollado en Suiza para fabricar un avión alimentado únicamente mediante energía solar fotovoltaica, tanto de día como de noche. El prototipo vuela durante el día propulsado por las células solares que cubren sus alas, a la vez que carga las baterías que le permiten mantenerse en el aire durante la noche, lo que le da una autonomía casi ilimitada.
El proyecto está dirigido por Bertrand Piccard y André Borschberg, ambos profesionales y el primero ligado a una familia de pioneros de la aeronáutica. Ahora aspira a conseguir dar la vuelta al mundo en esta aeronave sin escalas por medio de energías renovables y sin combustible fósil.
El proyecto empezó en el año 2005 con un costo previsto aproximado de 90 millones de dólares, y en los primeros tiempos experimentó problemas de financiación. Los primeros vuelos de prueba se realizaron en 2009 con el prototipo denominado Solar Impulse HB-SIA, realizando posteriormente vuelos de demostración por Europa, Africa y Estados Unidos.
El siguiente paso consistió en dotar de mejoras técnicas y una cabina mayor para que el piloto pudiera pasar más horas en mejores condiciones. Este modelo se denominó HB-SIB, y se realizaron varios vuelos de prueba: en abril de 2010 voló sobre Payerne (Suiza), realizando un vuelo de 87 minutos y alcanzando una altura de 1.200 metros.
En julio de 2010 el Solar Impulse estableció dos nuevos récords mundiales: el primero en número de horas, al volar durante 26 horas, lo que incluye una noche entera sin la ayuda de fuentes de energía externa; el segundo en altura, logrando un nuevo máximo para un avión sostenible, al alcanzar los 8.564 metros sobre el nivel del mar.
En mayo de 2011 el Solar Impulse completó su primer vuelo internacional, recorriendo en 13 horas la distancia que separa los aeródromos de Dübendorf (Suiza) y Bruselas, siendo una de las principales atracciones de la Semana Verde organizada por las instituciones de la Unión Europea (UE).
En septiembre de 2013 realizó un vuelo entre San Francisco y Nueva York atravesando Estados Unidos de oeste a este. El Impulse II fue presentado oficialmente en abril de 2014, con el anuncio de que se proponía dar la vuelta al mundo en 2015.
Finalmente, el 9 de marzo de 2015 a las 7 de la mañana, la aeronave despegó desde Abu Dhabi en los Emiratos Arabes, hacia Muscat (Muscat International Airport) en el Sultanato de Omán, iniciando así un viaje de cinco meses de duración durante el cual pretende dar la vuelta al mundo.
El 29 de junio despegó desde el aeropuerto de Nagoya, Japón, con un mes de retraso imprevisto. El avión Solar Impulse ll, pilotado por un solo hombre, para seguir con su viaje de 120 horas con destino a Hawai. El avión Solar Impulse ll reanudó su viaje a Hawai.
En principio en una de las etapas llegó a la ciudad de Nanjing el 1 de junio, de la ciudad china tras despegar, se vio obligado a modificar su travesía hacia Hawai y a desviarse a Nagoya por las malas condiciones meteorológicas.
El ahorro en combustible ha dado la idea a los innovadores chinos de crear un Impulse mucho más perfeccionado
Ahora le espera la travesía sobre el océano Pacífico, considerada la etapa más difícil del recorrido del avión debido a la inestabilidad del tiempo y la gran distancia del vuelo, sin ninguna posibilidad de realizar aterrizajes de emergencia.
El Solar Impulse ll, que se alimenta con más de 17.000 células solares, afronta el reto de dar la vuelta al mundo en doce etapas, que han incluido hasta el momento escalas en Omán, India, Birmania, China y Japón y en las que ha recorrido más de 6.000 kilómetros.
El revolucionario avión Solar Impulse II ha comenzado con buen viento su difícil etapa de una semana sobre el océano Pacifico, la más ambiciosa de su viaje alrededor del mundo impulsado solo por energía solar. El piloto André Borschberg, de 62 años, espera cruzar el Pacífico sin averías, aunque el vuelo será una experiencia muy dura debido a las insólitas condiciones en que emprendió su travesía.
Cada jornada del vuelo es de 6 días de duración sobre el Pacífico Borschberg y su copiloto Mar Bertrand Piccard están en la cabina a una temperatura de cuarenta y pico grados, mientras vuelan a altitudes de aproximadamente 8.500 metros (28.000 pies), similar al pico más alto del mundo.
El piloto dispone de cortos periodos de sueño, en su asiento que se dobla para convertirse en cama, y dispone del piloto automático. El fracaso significaría un descenso sobre el océano y la puesta en marcha de un operativo de rescate, aunque como ha di8cho el veterano piloto: "En el peor de los casos, tenemos un paracaídas y una balsa salvavidas y sabemos cómo usarla. Por supuesto, esperamos que no tengamos que hacerlo", comenta Borschberg.
Además, ningún barco está siguiendo al aparato debido a que su ritmo es demasiado rápido para una embarcación
El Solar Impulse II, diseñado y ensamblado en Suiza, está recubierto con más de 17.000 células solares. Tiene un peso de 2, 3 toneladas y una envergadura de 72 metros, la aeronave puede alcanzar una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora.
Características técnicas: El diseño del aparato está pensado para minimizar el consumo energético, utilizado materiales ligeros para reducir su peso. Las primeras estimaciones suponían un peso de 1500 kg, con una envergadura de alas de 61 metros, debido a la gran superficie requerida para instalar las 12.000 células fotovoltaicas. Su envergadura es de 64, 3 metros; similar a la de un Airbus A340 y posee una superficie alar de 204 metros cuadrados. Mide 21, 85 m de longitud y 6, 4 m de altura, pesando únicamente 1.600 kilos —peso similar al de un coche mediano—. Está dotado de cuatro pequeños electromotores de 7, 5 kW (10 CV) cada uno, que mueven una hélice cada uno hasta velocidades de 400 revoluciones por minuto. Los motores se alimentan por medio de 11.628 células fotovoltaicas que almacenan el excedente de energía en baterías de alto rendimiento. La velocidad de crucero del avión es de 70 kilómetros por hora.
Su diseño le permite también volar planeando a ratos lo que reduce prácticamente mucho el consumo eléctrico instantáneo. El almacenamiento y la capacidad de planeo permiten al Solar Impulse volar de noche.
El proyecto está financiado principalmente por empresas privadas como Solvay, Omega SA, ABB, Deutsche Bank, Altran y Swisscom. La EPFL, la Agencia Espacial Europea (ESA) y Dassault proporcionan también su experiencia tecnológica.