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El Banco de España de une a las voces que reclaman éstas reformas desde la Patronal. Pero ¿a donde nos llevan éstas reformas?
Reforma del Mercado Laboral. Flexibilización del Mercado Laboral. Al parecer es ésta la fórmula mágica que nos va a sacar de la crisis, pero ¿en qué consiste realmente la pretendida flexibilización? La Patronal ha comprendido perfectamente que hay que atajar el creciente paro, y la fórmula más conveniente es el abaratamiento del despido. Se habla de despido libre, que imagino que debe consistir en la posibilidad de presentar EREs sin alegación de causas tasadas y la posibilidad de despedir al empleado sin indemnización alguna, o bien con una menor indemnización. Es decir, básicamente la flexibilización que se pretende conseguir tiene como objetivo facilitar el despido de trabajadores. Y claro, aquí es donde uno se pierde.
Dados mis escasos conocimientos de la legislación laboral, acudí al archivador donde guardaba mis apuntes de Derecho del trabajo para ver si es que en la Facultad había yo entendido mal en qué consiste eso del despido. Pero no, tal y como recordaba, el despido se estudiaba ya entonces como una forma de “extinción del contrato de trabajo”. Debe ser – me dije – que lo que no entiendo bien es el significado corriente del término “extinción”. Para aclarar éste punto acudí a Google. De entre las muchas entradas que obtuve, destacaban aquellas que se referían a la extinción de los dinosaurios. Pude comprobar cómo a finales del Cretácico (hace unos 65 millones de años, ahí es nada) se produjo una masiva extinción de éstos seres. Me decidí a investigar que tal les fue a éstos simpáticos lagartos después de la extinción, por aquello de poner las barbas a remojar. Para mi perplejidad, leí que después de ésta gran extinción, no se incrementó el número de dinosaurios sobre la faz de la Tierra. Al contrario: desaparecieron en su práctica totalidad. Vaya, que se puede decir que ya no hubo más dinosaurios, que se acabaron. No podía salir de mi asombro, mientras más dudas asaltaban mi convulsa mente: ¿estarán enterados de esto los de la Patronal? ¿sabrán en el Banco de España que tras una extinción no se incrementa el número de cosas extinguidas? Y si fuera así, ¿Cómo es que alguien puede defender que despidiendo trabajadores habrá menos paro?
Se me ocurre – esto es solo por malpensar – que los patronos puedan estar pensando en soltar lastre en tiempos de crisis. Como explicarlo sin que suene mal… coger lo que te quepa en los bolsillos y salir corriendo. Pero claro, la solución prevista tiene un efecto perverso, aún para el propio empresario. ¿Y si donde decíamos trabajador decimos consumidor? Porque imagino que el empresario querrá que alguien compre sus productos o contrate sus servicios, pero el consumidor necesita dinero para comprar productos y contratar servicios, dinero que, para su desgracia, solo puede obtener trabajando.
No puedo ocultar que, en cualquier caso, la lógica del momento podría llegar a ser hasta divertida: ahora tenemos grandes grupos de capital hablando de socializar pérdidas. Quién sabe si no asistiremos al nacimiento de nuevos tipos de sociedades: capitalistas en las ganancias y mutualistas en las pérdidas. Son tiempos de sacrificios, no nos cansamos de oírlo. Lo que pasa es que algunos no han participado de otros tiempos.
En fin, no nos engañemos: en España no hay un conflicto laboral. El mercado de trabajo no ha generado ésta crisis, la ha generado el mercado financiero y la ha agravado el inmobiliario. No parece serio exigir sacrificio a los trabajadores que no han obtenido lucro alguno con las siniestras operaciones que nos han traído a éste punto. Porque puestos a hablar de sacrificios unilaterales, también podríamos hablar de la conveniencia o inconveniencia de que quienes han dilapidado los bienes productivos continuen gestionándolos. Puede que haya empresas que no puedan subsistir sin una "socialización de pérdidas", y que haya trabajadores que para conservar su puesto tengan que renunciar a ciertos derechos económicos. Ok. Pero en ese caso, socialicemos también el capital de esas empresas.