La crisis económica ha tenido consecuencias desde la parte alta del sistema hasta la economía doméstica más personal. E incluso, como ahora veremos, en el lenguaje. En los últimos tiempos hemos conocido una nueva expresión, utilizada para hablar de los posibles primeros signos de recuperación de la economía: los brotes verdes.
Pero, ¿suponen los brotes verdes el fin de la crisis económica? Son, en realidad, el principio del fin, como dice la expresión popular. Indican, en algunos casos que la economía no retrocede como antaño, cuando la crisis era más dura, pero de todas formas hay que tener en cuenta que tampoco se elimina todo ese tiempo y es difícil que se vuelva a cifras positivas con facilidad.
Ahondemos más sobre esta expresión. ¿A qué alude? Pues a la recuperación económica de ciertos parámetros, como son: el comercio, sector inmobiliario, ventas, la industria, la morosidad, el consumo o la percepción social (confianza). Veamos sector a sector.
- Paro. La reducción de la tasa de desempleo es una buena forma de medir esa recuperación. Pero incluso aunque el número absoluto de gente parada aumente, pueden avistarse brotes verdes. ¿Cómo puede ser esto? Pues porque el crecimiento no es tan grande como antes, lo que quiere decir que se ralentiza la destrucción de empleo.
No obstante, no se puede cantar victoria y hay que esperar a que esta recuperación sea notable y se pueda, finalmente, crear empleo.
- Venta de coches. Parece que en este terreno es donde mayores brotes verdes podemos avistar. Las ventas aumentaron un 60% en marzo, también a consecuencia de las ayudas del Gobierno y la presión del incremento del IVA en julio.
- Venta de viviendas. Dado que uno de los mayores varapalos de la crisis económica fue el sufrido por el sector inmobiliario, uno de los factores más relevantes a la hora de medir la recuperación, son los números de este campo, que fue clave para el empleo y demás parámetros económicos derivados de su importancia.
El aumento en la constitución de hipotecas sobre viviendas registrado en febrero en términos interanuales, el segundo consecutivo tras el ascenso de enero, parece que es un ejemplo de mejora.
- Tasa de morosidad. Otra de las claves más importantes a la hora de medir si funciona bien la economía es el endeudamiento que se registra por parte de los agentes económicos, por lo que su ralentización puede suponer un "brote verde". Las cosas parece que se están haciendo mal en este sentido y la cifra de impagos se sitúa en un 5, 39% (unos 98.000 millones de euros), la más alta de los últimos catorce años.
A pesar de los malos datos, hay números "menos malos", como la congelación de la deuda por parte de los establecimientos financieros de crédito y la reducción interanual de las deudas en el comercio.
- Índice de Confianza del Consumidor. El brote verde también lo construye la gente, pues dependiendo de la confianza del consumidor también se reactiva la economía. Por ello, este signo es importante, y va aumentando poco a poco en los consumidores españoles.
- Creación de empresas. La creación de empresas es fundamental para los brotes verdes, pues esto redunda en el empleo, básico para las personas. En febrero, se fundaron 7.752 sociedades mercantiles, subiendo el número de sociedades creadas, un buen dato.
- Producto Interior Bruto. El dato de la producción de bienes y servicios es fundamental para saber si la economía crece, decrece o retrocede, por lo que también será lugar para posible brote verde. Este indicador, en el último trimestre de 2009, se redujo respecto al año anterior.
- Índice de Producción Industrial. El IPI también decrece a menor ritmo e incluso, en ciertas comunidades autónomas ha arrojado algún signo positivo. Navarra obtuvo un aumento en este índice del 10, 4% y el sector de los bienes intermedios creció un poco, el relativo a fabricación de vehículos de motor, la fabricación de componentes, piezas y accesorios para esos vehículos y la fabricación de productos básicos de hierro, acero y ferroaleaciones.
Todos estos valores son indicativos para saber si hay brotes verdes o no, pero muchas veces las cifras son engañosas y hay que tener paciencia siempre para saber si las cosas están mejorando o no.
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