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La sección Consular de la Embajada de España en Bulgaria ha registrado la llegada de 86 españoles en lo que va de 2009, quienes aterrizaron en el país para quedarse o con intención de hacer turismo. Así, en el Registro de Matrícula ascienden a 236 los españoles empadronados en Bulgaria
Isabel Almazán Martín. / Foto: M. H.
Pasear por las calles de Sofía, Varna y Burgas, entre otros, implica escuchar el castellano casi todos los días, y es que ya son muchos los españoles que eligen Bulgaria como el destino turístico perfecto para disfrutar de la “perfecta combinación del aire fresco de los Balcanes y la costa del Mar Negro, que cada año atrae a miles de transeúntes adeptos al buen tiempo y a las relajantes y divertidas tardes de baile cerca del agua”, según aseguran Margarita y Carlos. Ellos son dos de los 236 españoles empadronados en Bulgaria, quienes mayoritariamente se dedican a la enseñanza del español en el Instituto Cervantes y en la Universidad de Sofía, aunque muchos disponen de un puesto de trabajo en la Embajada de España en Bulgaria y otros son empresarios que han optado por abrir su propio negocio.
La comunidad de españoles se conoce entre sí y suele organizar periódicamente encuentros sociales para estrechar lazos y compartir visiones culturales y laborales en Bulgaria, como fue la celebración del Día del Español en el Instituto Cervantes, el pasado mes de junio. La zaragozana Isabel Almazán Martín (1981) es una de las españolas -licenciada en Derecho-, que vive y trabaja en Sofía desde el pasado mes de octubre. Pronto cumplirá un año de estancia en Bulgaria y ya se “está haciendo el cuerpo” para regresar a Huesca, donde dispone de su residencia habitual. Isabel pasea por las calles de la Sofía “como si fuera mi casa” y está muy contenta de haber tenido la posibilidad de compartir emociones con sus amigos búlgaros y españoles, “con quienes he conocido una cultura nueva y fascinante, tan diferente a la española”. Isabel llegó a Bulgaria gracias a una beca del Ministerio de Comercio de España. “Al terminar el master de Comercio Exterior en Madrid conseguí plaza para trabajar en el extranjero durante un año y para mi sorpresa me tocó Sofía, estoy feliz ya que no me esperaba un destino tan interesante, donde la gente es tan abierta y hospitalaria”, comenta.
Entre compañeros de trabajo –en la Oficina Comercial de la Embajada Española en Bulgaria- y otros, Isabel tiene unos doce amigos y conocidos españoles, sobre todo del norte de España, con quienes ha compartido estos meses viajes y experiencias únicas en el país. “Me voy con la impresión de haber descubierto un país desconocido para tantos españoles…, un sitio con un encanto especial que recuerda a la España de hace 30 años, que aún se está desarrollando y que ya está teniendo tantas oportunidades de crecimiento económico”, añade. También destaca las posibilidades que le ha brindado su experiencia personal en Bulgaria en el plano turístico, “ya que éste es un sitio en el que en invierno se puede esquiar en estaciones espectaculares como las de Borovets, disfrutar en verano de las playas de Sozopol o Nensebar y visitar el Monasterio de Rila o los Rodopes en cualquier época del año, hay tanto que hacer y ver cada fin de semana…”. Eso sí, Isabel se reserva para el final de su estancia en Bulgaria su visita a Veliko Turnovo, el centro cultural del norte del país. Si le preguntamos por sus proyectos de futuro lo tiene claro: “Me veo en Madrid trabajando en temas de comercio exterior, aunque volvería encantada a Bulgaria”, concluye entre risas.
Desde la embajada española se recomienda que todos los españoles que residan en Bulgaria y que aún no se hayan inscrito en el Registro de Matrícula como residentes o transeúntes “lo hagan, ya que esto acreditará su condición de residente en el extranjero a todos los efectos legales”.