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Te lo prometí en el artículo anterior y por eso en este te contaré cómo llegué a confeccionar el modelo terapéutico que no solo me permitió acabar con la ansiedad, sino también dibujar una vía para terminar con el sufrimiento
Te lo prometí en el artículo anterior y por eso en este te contaré cómo llegué a confeccionar el modelo terapéutico.
Y lo más interesante de esta historia es que la elaboración de este modelo no solo me permitió terminar con la ansiedad, sino me dio la comprensión de lo que se debe hacer para acabar con el sufrimiento.
Aquí te cuento cómo ocurrió todo.
Recuerda que anteriormente te explicaba cómo al descubrir la meditación pude librarme de la ansiedad.
Pero había más tesoros ocultos en la meditación porque mientras más me adentraba en su comprensión y su práctica iba descubriendo que es posible ponerle fin al sufrimiento.
Más no creas que lo que te estoy contando fue coser y cantar porque cuando les comunicaba esto a mis colegas, amigos y familiares; las críticas llovían.
Fueron tan incisivos que llegué a pensar que en realidad ellos tenían razón y que todo era producto de una ilusión fabricada por mi mente porque, a fin de cuentas; quién puede acabar con el sufrimiento.
Además, internamente reconocía que estaban acertados al criticarme porque en esa búsqueda intensiva y teniendo la falsa idea que para lograr una buena meditación tenía que hacerlo en determinadas condiciones de aislamiento social, me desequilibré en mis deberes sociales y familiares.
Sin embargo, mi intuición me decía que tenía que desoír un poco a todas esas voces y no claudicar.
Buscando apoyar mi intuición con la razón, encontré dos razonamientos que mi hicieron perseverar.
1-Nadie quiere sufrir, nadie se acostumbra a ello, nadie se levanta pensando que sería muy bien para su crecimiento humano el pasar todo el día sufriendo.
Además, el sufrimiento no tiene fronteras, ni entiende de política, ni de creencias, ni de posición económica, ni de estado de salud, ni de sexos, ni de razas; así que su solución tampoco podía ser algo parcial.
2-Que tenían que existir personas que sí habían podido acabar de una vez y por todas con el sufrimiento y solo precisaba encontrarlas y descubrir cómo lo consiguieron.
Ahora bien, la pregunta del millón era:
¿Dónde encontrar a este tipo de personas? Personalmente no las conocía y dudaba mucho que existieran.
Y de existir; cómo iba a tener la certeza que eran genuinamente felices y que podían mostrarme la vía.
Fue entonces que surgió una idea: ¿Por qué en vez de encontrarlas en el presente, no las busco en el pasado?
¿Sabes qué?
Esas personas aparecieron. Te lo explico:
Casi todo el mundo trata de imitar a personas como Cristo, Buda, Mahavira, Milarepa, Lao Tsé, Krishna, Bodhidharma.
¿Por qué?
Porque ellos son felices, porque si fueran infelices qué razón habría para querer imitarlos.
Ellos no solo conocen el camino, sino que dejaron indicaciones precisas de cómo transitarlo.
Me dije: Si estas personas, en diferentes culturas, situaciones sociales, momentos históricos y con diferentes historias personales, a veces trágicas, lo lograron; entonces ahí es donde tengo que inquirir.
Además, las enseñanzas de estos hombres han conmovido los cimientos de la historia de la humanidad. Su alcance no es local, sino global.
A partir de ese momento me dediqué, en profundidad, al estudio de las enseñanzas de estos grandes hombres. Y descubrí algo súper interesante:
El sufrimiento es opcional y se origina cuando creemos que somos lo que pensamos
La cantidad de puntos de convergencia de sus doctrinas eran asombrosos. Me di cuenta que de sus enseñanzas emanaba un mismo aroma, el de la meditación.
Entonces me consagré a tratar de destilar aquel perfume.
Apoyado en los conocimientos que había adquirido sobre:
Cronobiología,
Programación Neurolingüística,
Psicología Transpersonal,
Psicología Cognitiva,
Hipnosis,
Psiconeuroinmunología.
Y del estudio de diferentes modelos meditativos como:
Vipassana,
Cristiano,
Sufista,
Taoísta,
Trascendental,
Dinámica,
Zen
Advaita (basado en el libro “Yo soy Eso” de Nisargadatta)
fui conformando un modelo de meditación integrativo al que bauticé como METAMODELO MEDITATIVO.
En aquella época me desempeñaba como psicoterapeuta en el CIRAH, uno de los centros más prestigiosos que existe en América Latina para la investigación de las ataxias hereditarias, donde pude corroborar que:
Desde luego me faltaba un paso importantísimo: Probar la validez de este metamodelo.
El primer cliente que se propuso para aplicarlo fue alguien que impactó profundamente en mi vida.
Era un joven que padecía de Ataxia Espinocerebelosa tipo II y que había debutado a esa temprana edad con la enfermedad (este tipo de ataxia es hereditaria y por regla general mientras más temprano es el debut más rápido ocurre la neurodegeneración causando un gran sufrimiento a la persona que la padece).
Así, Alger (es el nombre de este joven), se convirtió en mi primer estudio de caso.
No te hablaré de los pormenores de la investigación; solo te invito a que mires el vídeo de la entrevista que se le hizo a Alger después de tres meses de estar aplicando esta metodología (si tienes dificultades en entender lo que se dice en el vídeo te recomiendo que actives los subtítulos).
Seguido a esto vino todo un período de investigaciones para probar la efectividad de este metamodelo que culminó con más de 30 trabajos realizados, 7 libros y 8 publicaciones en revistas científicas.
Hasta ahora se ha comprobado la efectividad de este metamodelo en ámbitos como:
-la cefalea tensional.
-El rendimiento académico y deportivo.
-los trastornos neurodegenerativos como la Ataxia.
-el desempeño profesional del docente universitario y su bienestar psicológico.
-la obesidad.
Y te comento todo esto porque aquí viene la sorpresa:
Estoy en la revisión final de un libro que saldrá a la luz el 16 de este mes y que tiene las indicaciones precisas de cómo aplicar este modelo.
En el próximo artículo te comentaré algo sobre:
-la estructura del libro.
-cómo obtener el máximo provecho de su lectura.
- y para quiénes está escrito.
No pretendo afirmar que este Metamodelo sea la solución definitiva o la única solución que existe para resolver el problema del sufrimiento, pero sí te puedo asegurar que a la mayoría de las personas que lo ha practicado le ha sido de gran beneficio.
Si me preguntaras qué significa para mí este modelo de meditación te diría que es un merecido homenaje y un profundo agradecimiento a todos esos gigantes de la historia humana que nos brindaron el mayor tesoro que se puede poseer: la fórmula para la liberación del sufrimiento y el disfrute de una vida plena y dichosa.
Nadie quiere sufrir, nadie se levanta pensando que sería muy bien para su crecimiento humano el pasar todo el día sufriendo
MUCHAS GRACIAS