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Con Cairo 678 nos preparamos para una lección que algunos no pedirán, pero que nos toca encarar sin omisivas: el abuso sexual y el machismo. ¿Cómo sucede?¿Por qué?¿Qué consecuencias trae? Parece un tema viejo y gastado y, sin embargo, seguimos escuchando a gente de lo más normal diciendo "que se visten como putas".
Si aún hoy en día se pueden oír argumentos del tipo "es que iba provocando" en países avanzados como lo es España o Suecia (Los hombres que no amaban a las mujeres) en aquellos donde la mujer sigue teniendo dificultados los accesos a una libertad civil semejante a la de un hombre, esto es ya superlativo. Egipto, con las distancias que pueda tener con otras áreas de mayor calado fundamentalista religioso, sobre todo extremista islámico, siguen siendo las mujeres las que gritan pidiendo sexo, y esto obliga a los hombres a tener que violarlas. O eso justifican, según un reportaje de 2008 de la CNN el 62% de los hombres de la zona (estudio que también advertía que el 83% de las mujeres de la región habían sufrido abusos sexuales fuertes).
Imágenes extraídas de la página del Seattle International Film Festival
Cairo 678 es la historia de tres mujeres egipcias que de tan profundamente visto este horror y esta generalizada sumisión histórica, cultural y de facto que se da en Egipto pueden llegar a pensar que no han sufrido ningún daño a su integridad moral y física, cuando la realidad es bien distinta.
El cine egipcio en gran medida se ha alimentado de este género, el cine social para denunciar los problemas que padece su propia sociedad, y de paso ganar calidad y peso internacional por esa tendencia generalizada a pensar que lo serio va a ser mejor . Cairo 678 tiene algo de esta premisa, pero al mismo tiempo limita el sentimentalismo propagandístico para plasmar lo más buenamente posible lo llanamente atroz del hecho que refleja. Fayza, Seba y Nelly, cada una a su manera son unas sólidas protagonistas de tres enfoques convergentes sobre la violación y deshonra, y sólo aportan calidad con su actuación a la cinta.
Seba ( Nelly Karim ) es una profesora de autodefensa que años ha fue la víctima de un grupo de violadores en mitad de la frenética y convulsionada multitud de un partido de fútbol, Nelly ( Nahed el Sebai ) es la mujer que está preparando el primer traje nacional de abusos sexuales y Fayza ( Bushra , toda una celebridad en su pais) la pobre mujer musulmana cansada de su propia vida de condición de mujer, que si bien puede resultar menos agitada es más común y realista con nuestra visión occidental, y ella misma acabará estallando en formas salvajemente desporporcionadas.
En la cara B de la cinta nos pondremos en la perspectiva del hombre, culpable e inocente, pero como todos reponsable de alguna u otra forma de este problema, y para esta tarea nos acompañará un investigador policial perspicaz y antipático, el marido comprensivo de Nelly, el razonable jefe de policía y el misógino marido de Fayza.
Minimalista , paisajista, de cobertura urbana (cámara al hombro) y de múltiple historia fragmentada en su montaje la dirección del debutante Mohamed Diab , ex-estudiante de la Academia de Cine de New York nos trae un comienzo que si bien poco original sí actual, sólido y comprometido con sus raices para despertar conciencias, y, sin saberlo, aportar una puesta en escena del contexto social desde el que se ha gestado parte del problema egipcio. Para ampliar nuestro campo de visión de lo que nos tiene acostumbrado el término "abuso sexual" y para dejar a medio explorar de forma convincente la mentalidad femenina que parte de la inferioridad y para no darnos respuestas firmes (no las hay) de las causas y efectos de este hecho en la vida de las mujeres. La impavidez, permisividad y estoicidad tiene su límite. Y el silencio de los que toleran y tragan acaba convirtiéndose en rabia y lucha.
Artículo de Esther Miguel Trula.