Los claustrofobicos primeros compases de la cinta ya hacían presagiar que no estabamos ante una pelicula de genero carcelario al uso. Allí iba a suceder algo espantoso y no de facil digestión.

El motin lo encabeza un Luis Tosar que se sale de lo normal y adquiere tintes de interpretación superlativa abra o cierre la boca mientra ocupa el pellejo de Malamadre. Máximo exponente de un tuburrio carcelario apuntalado de reformas y en que esta a punto de desatarse una tormenta en la que ya no habrá vencedores y vencidos sino victimas.

Le dan la replica el siempre sorprendente, como viene siendo habitual, Vicente Romero, mano derecha de Malamadre. Un hasta ahora desconocido Alberto Amman, -goya al actor revelación conseguido desde el minuto dos de su participación en el metraje-. Un pobre diablo que se encuentra en el lugar equivocado ( una carcel ) y en el momento equivocado ( un motín ). Luis Zahera un politoxicomano que, en una frase, hace olvidarte de los yonkis que hasta ahora has visto en la gran pantalla, para presentarte a Releches, un desecho social con aspecto anodino y mirada dañina. Junto con Bardem - Carlos, no Javier claro- que consigue; con un trabajado acento latino; hacer mas que creible esta tormenta de sucesos que mantiene y sostiene tensión a raudales.

Precisamente lo desdeñable en esta cinta de tematica penitenciaria podría decirse que es todo lo que hay de la verja hacia fuera, vease Antonio Resines, como funcionario adicto al uso indiscriminado de la porra y la paliza desmedida. Manuel Morón, correcto auque a veces lineal, en su papel de mediador del ministerio.

En suma una pelicula mas que recomendable, necesaria de ver. Apuesta por un cine que está llamado a convertirse en la nueva proposición española a la alternativa de buen cine, compatible en su totalidad con el espectador palomitero y mas que correcto para el sector critico.

Atrevanse a cruzar la puerta del centro penitenciario en el que el motin es solo el primero de los sucesos que están por venir.

Rober Barea.-