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El filme se estrenó el pasado viernes 22 de junio y cuenta la historia de una mujer italiana que cambia su antigua vida para reencontrarse con la tierra prometida por todos, donde deben ser fuertes tanto mental como físicamente.
-¿Qué le atrajo de la aventura de "Nuevo mundo"?
Me sedujo "Respiro". Luego, cuando conocí a Emanuele Crialese, fue increíble, vivía para el proyecto, me contagió su entusiasmo hablando en una mezcla de italiano y de francés. El guión era apasionante, iba acompañado de documentos visuales: imágenes mágicas, lugares, rostros, barcos... Era una página de la historia que desconocía. Tuve la sensación de tocar algo muy auténtico de la cultura italiana, y no lo dudé ni un instante. Mi punto de vista era el de una extranjera, de hecho, interpreto a una extranjera en la película. No entendía lo que Emanuele quería de mi personaje, no acababa de ver su progresión, pero tenía ganas de participar en esta película coral. Cuando me enteré de que debería pasar cuatro meses en Buenos Aires, separada de mi familia, me quedé atónita, pero estaba decidida.
-¿Cómo preparó el personaje?
La primera etapa fue escoger el vestuario en Roma, mucho antes de empezar a rodar. Emanuele estaba muy abierto a lo que le proponía. Me preguntaba: "¿Qué color llevaría?" Me pareció interesante que llevara un vestido de cuello alto, muy rígido, que la diferenciara de las otras mujeres. Más tarde, en el barco, se suelta un poco más. También estaba la peluca. Que fuera pelirroja se convirtió en algo emblemático, pero no siempre fue así.
-Nadie sabe quién es Lucy, y lo que se sabe son rumores, ¿sabe algo más?
Me incliné por una prostituta con un pasado que prefiere olvidar, pero tampoco estaba segura. El día antes de empezar a rodar, tuve un momento de pánico. Fui a hablar con Emanuele para decirle que estaba perdida, que no entendía lo que hacía en la película, que no tenía bastante con los diálogos. Cuando los otros personajes hablan de ella, la mayoría de veces estaban improvisando, no había nada en el guión. Se quedó preocupado. No me extraña, ver a alguien con un ataque de pánico la víspera del rodaje. Luego me confesó que le había ayudado, que había sido como un electrochoque.
-Pero, ¿qué le contestó?
¡Que lo pensaría! De hecho, me quedé con mi primera idea porque quería algo donde apoyarme. Sin embargo, no me incliné por hacer el personaje más vulgar, excepto el peinado. Durante el rodaje, Lucy siguió siendo misteriosa. Emanuele quería que todos dudaran. Un día, me dijo que también se podía imaginar otra cosa: que era una mujer de la alta sociedad rechazada por su marido y venida a menos. Inventamos varias biografías. Pero el personaje tiene una función simbólica: Lucy es la unión entre el antiguo y el nuevo mundo. Encarna una forma de modernidad.
-¿Cómo ha sido rodar en dos idiomas, italiano e inglés?
Estudié italiano en el colegio, pero me pareció lejano e insuficiente. Le dije a Emanuele que debía estudiar italiano y tener a alguien que me enseñara a hablar italiano con acento inglés. Al poco de conocernos, me dio un periódico italiano y me dijo: "Lee". Lo hice y dijo que era perfecto, que no debía cambiar nada. Quizá trabajar el acento me habría ayudado. Me sentía desestabilizada cuando rodaba en italiano; tenía la sensación de ser ridícula, de hacerlo fatal.
-Lucy es un personaje que evoluciona, se hace más humana a medida que avanza la película...
Me gustaba su lado antipático. Me habrían gustado más momentos así, me gustan los personajes antipáticos. Eso me permitió mostrar mejor su lado humano cuando llegó el momento. Sabía desde el principio que Vincenzo Amato estaría en la película y que debería interpretar una historia de amor un poco peculiar, que acabaríamos juntos. Estaba hecha de ligeros toques: el juego del escondite entre las bocas de ventilación del barco, la llegada a Ellis Island en la niebla.