Qué bonito es soñar, máxime, cuando este sueño dura casi un año, pero el infortunio se nos puso en el camino, de repente despertamos, un sudor frío nos recorría la frente, la espalda, el corazón se agitaba sobre manera, nuestra respiración se agitaba, las tripas se movían como arenas movedizas…., y en ese momento, una gran niebla se cierne sobre nosotros, todo se hizo oscuro, parecía que estábamos sumidos en el mayor de los agujeros, y no lo entiendo ya que, apenas 24 horas antes, rozábamos el cielo, paseábamos por la inmensidad del paraíso, el cielo no tenía frontera para nosotros, nuestra vida era similar a la de los dioses del Olympo, estábamos embriagados por el néctar, y saciados de maná, cual Zeus, Ares, y demás deidades, nos sentíamos lideres, el universo era nuestro…nadie ni nada nos podía parar, hasta que, esa fatídica noche de Junio 2.009, nos reencontramos con la dura realidad……….¿Cómo es posible que de ser héroes pasemos a ser villanos?, cuestión altamente debatida por numerosos historiadores sin respuesta aparente.

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Las sensaciones que he vivido estos días, descritas en los párrafos anteriores, es algo que ya tenía olvidado, creo que el orgullo, la vanidad, y la escasez de humildad nos ha cegado, pensábamos que los estadounidenses lo más parecido al fútbol que habían visto, era la película de Evasión o Victoria de John Houston, con Silvester Stallone de portero, y Michael Caine de libero, que le íbamos a ganar con el glamour de los 35 partidos sin perder, que los 15 partidos consecutivos ganando, los iban a eclipsar, y nos equivocamos, los miramos por encima del hombro, y al final lo pagamos. Ayer nos demostraron que con trabajo, que respetando al contrario y sobretodo con sacrificio se puede ganar, y así fue, 0-2, inmerecido, si analizamos las ocasiones de uno u otro equipo, pero es el resultado definitivo.

Pensábamos que los estadounidenses lo más parecido al fútbol que habían visto, era la película de Evasión o Victoria de John Houston, con Silvester Stallone de portero, y Michael Caine de libero

Después de asimilar que los hijos del Tio Sam, nos dieran un correctivo, con su fútbol físico, con escasez de técnica, creo que deberíamos volver a la senda del trabajo, de la humildad, y que no pasa nada por perder, ya que, al final, cuando el año que viene retornemos a Sudáfrica, esa selección que nos maravilló será capaz de conseguir aquello que durante tanto tiempo hemos anhelado, porque JUNTOS PODEMOS!