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Comisaría General de Información, nuestros héroes silenciosos en la lucha contra el terrorismo jihadista

14/04/2015 12:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Policía Nacional, Guardia Civil, CNI son nuestros heroes silenciosos en la lucha contra el jihadismo, desde la discreción, salvan vidas. Hoy hablamos de la CGI, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional

La página web del Cuerpo Nacional de Policía de España dice, sobre la Comisaría General de Información (CGI) que ésta se conforma como el órgano al que corresponde "la captación, recepción, tratamiento y desarrollo de la información de interés para el orden y la seguridad pública, así como su explotación o aprovechamiento operativo, especialmente en materia antiterrorista, tanto en el ámbito nacional como en el internacional"; dentro de este organismo policial existen unidades centrales cuya operatividad, en el ámbito del terrorismo, resulta fundamental, es el caso de la que se conoce por el acrónimo UCIE o, lo que es lo mismo, la Unidad Central de Información Exterior.

Del trabajo de los investigadores policiales en la lucha contra el terrorismo jihadista la sociedad apenas conoce el hecho de las detenciones de los individuos, incluso de éstos arrestos tan sólo se llega a saber, si acaso, algunos detalles relacionados con las actividades que los han motivado.

Fuera del conocimiento general quedan muchas de las actuaciones que han culminado en una determinada operación. Los trabajos de captación, recepción y tratamiento de información se conforman como una tarea tan amplia como ingrata, hasta llegar a elaborar un 'producto' que sirva para el desarrollo de una investigación policial. Las labores de investigación son verdaderamente delicadas y van desde la generación de entornos de confianza a lograr que determinados testigos protegidos se atrevan a contar aquello que saben; los investigadores tienen que averiguar los datos precisos necesarios para verificar los indicios racionales de criminalidad que son -en buena medida- el fundamento sobre el que posteriormente se podrán desplegar los operativos policiales. En este trabajo policial se mezclan labores de inteligencia, intercambios de información con policías de otros países e incluso la supervisión de la actuación encubierta de investigadores operativos propios o ajenos. Ninguna operación se retrasa por cuestiones de agenda, ni por motivos familiares. La esposa de uno de estos investigadores, por ejemplo, puede estar dando a luz en un hospital, mientras que el funcionario está apostado esperando el momento de entrar en acción o realiza un seguimiento de vital importancia a un eventual terrorista. Son heroes desde el silencio, su acción hará brillar al ministro de turno, al director general de turno, al presidente del gobierno de turno y, los ciudadanos conocerán lo ocurrido por ruedas de prensa, comparecencias públicas de quienes asumen la representación del Estado, ellos -quienes nos protegen con su trabajo- no aparecerán y cuando lo hagan nadie sabrá nada de su nombre, ni conocerá su rostro.

Estos policías, heroes desconocidos, viven cada operación policial no como un éxito personal, sino como un éxito colectivo en función de los ciudadanos que resultan protegidos de la violencia

Estos heroes desconocidos viven cada operación policial no como un éxito personal, sino como un éxito colectivo en función de los ciudadanos que resultan protegidos de la violencia terrorista, con el trabajo no se buscan oropeles ni celebraciones porque quien lo realiza sabe -mejor que nadie- que cada acción ha evitado una tragedia.

A diario tengo que ver, observar, analizar perfiles de terroristas en redes durante horas, días, semanas y meses. El seguimiento, observación y análisis de estos perfiles y su actividad en las redes sociales y, posteriormente, la interacción con ellos -mediante conversaciones directas y reservadas pero evidenciables- es una actividad que he podido mantener en el tiempo, sólo y exclusivamente, porque los resultados que se van obteniendo se comparten con otros analistas del ámbito público en las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, como del ámbito privado. Como he puesto de manifiesto en algún informe: "Mantener un estado de ánimo razonablemente equilibrado tras ver los extremos actos de inhumanidad que se están cometiendo por los jihadistas, no es fácil. En mi opinión, cualquier analista que se enfrente durante mucho tiempo a la argumentación de estos individuos y a la contemplación de sus conductas debe compartir las sensaciones que experimente, especialmente si las mismas le afectan negativamente. Vivir en soledad estos procesos largos de observación puede quebrar el ánimo y el equilibrio del analista. El consejo o las palabras de acompañamiento de funcionarios de los cuerpos de seguridad son muy apreciables, igual que compartir la experiencia", he de añadir que el contacto con estos profesionales es verdaderamente estimulante.He visto la conducta de miembros de la Comisaría General de Información, vinculados a la lucha contra el terrorismo jihadista, cuando se encuentran en otros lugares del mundo; sé de primera mano el altísimo grado de reconocimiento personal y profesional que en esos países profesan a nuestros funcionarios. Me gustaría que el lector tome conciencia de algo, en la capacidad y habilidad de generar entornos de trabajo confiables con policías de otros países nos jugamos mucho en materia de seguridad y, en este sentido, debemos subrayar el trabajo bien hecho que ha desplegado la Unidad Central de Información Exterior de la Comisaría General de Información.

En los últimos meses se han producido decenas de detenciones de supuestos terroristas jihadistas en España y Marruecos como resultado de un trabajo conjunto impecable, extremadamente meticuloso e inteligente. Esas relaciones bilaterales deben cuidarse al máximo y todos debemos de preservarlas de cualquier eventualidad que pudiera producirse en otros ámbitos de las relaciones internacionales. El fenómeno del terrorismo jihadista va a intentar someter a los países que figuran entre sus objetivos, como España y Marruecos, a sus ataques. Nuestra primera y última línea de defensa operativa son el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia. Puedo asegurar que todos los profesionales que conozco en tales servicios ponen en su labor diaria la máxima atención, el mayor de los cuidados, sus mejores habilidades. Los políticos y la propia sociedad, demasiadas veces, se sitúan ante este fenómeno terrorista como las avestruces, escondiendo la cabeza; quienes forman parte de los servicios policiales del Estado son muy concientes de que estamos ante un fenómeno que está determinado a infringirnos mucho sufrimiento, de su habilidad dependerá evitar los ataques a los que seamos sometidos, pero hemos de asumir que estamos ante un peligro tan difuso como real respecto del que no podemos sentirnos seguros al cien por cien.

Frente al terrorismo jihadista no cabe esconder la cabeza, sólo podemos dirigir una mirada inteligente, nuestra primera y última linea de defensa son la Policía Nacional, la Guardia Civil y el CNI

 

 

 

 


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Autor:
Chema Gil (195 noticias)
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