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La impotencia del ser humano ante determinas situaciones injustas que no puede modificar, lo lleva a veces a cometer actos desesperados
Hasta cuando soportaran las conciencias de políticos y gobernantes los suicidios protagonizados por personas desesperadas y que solo ven en la muerte la única solución a sus problemas económicos. Desahucios, paro, son sinónimos de la agonía en que viven millones de personas en este país. Pierden junto a sus trabajos y a sus hogares, la integridad, el optimismo sumergiéndose en un embravecido e incontrolable mar
El consumismo se fue tras la misma puerta del desempleo y así seguirá mientras sigamos perdiendo poder adquisitivo que es lo que venimos haciendo desde hace ya muchos años. Algo que se ha acrecentado tras la última reforma laboral que nos deja desprotegidos totalmente ante la arbitrariedad de un sistema egoísta y mezquino que solo favorece a los mismos de siempre.
Además de todo esto yo me siento atracada continuamente. Es como si estuviéramos continuamente despojándonos de nuestros magros ingresos. Las diferentes compañías que nos proporcionan los suministros se encargan de ello endosándonos unos costes imposibles de solventar y demás cargas que aprovechando la ocasión añaden a nuestras facturas. Si hablamos de teléfonos, es viejo y sabido que entre sms a los cuales no nos hemos suscripto, llamadas a móviles inexistentes, intereses de usura, etc etc. Se nos desvanecen muchos euros al año. Las compañías de la luz han subido sus tarifas escandalosamente, las empresas que nos sirven el agua, más de lo mismo. Y todo esto sin hablar de los bancos que utilizan nuestro dinero para su enriquecimiento, que cobran comisiones e intereses de usura. Personalmente tengo una tarjeta de crédito, que me cobra un 26% de interés, que de 70 euros que pago de cuota mensual solo 15 van a amortizar mi deuda… ¿Cómo el Banco de España permite esto?, mejor desconocer la respuesta y encima hay que endeudar más el país para ayudar a los bancos a salir de la crisis.
¡Por favor a donde vamos a parar! Encendemos la televisión y en cuanto sintonizamos el noticiero los titulares nos inyectan más adrenalina: “Corrupción” es el tema de moda. Impensable intentar sacar la cuenta del número de los implicados, los cuales se pasean muy orondos por los pasillos de los edificios públicos, congresos o medios de comunicación. Millones y más millones que nos refriegan en la cara, dinero que ha sido desviado a sus cuentas bancarias nacionales o en paraísos fiscales donde no tienen que dar ninguna explicación sobre el origen de tales capitales. Dicho elegantemente, mientras el grueso de la población vive en la miseria, cobrando sueldos de hambre, pensiones míseras, ayudas de risa, ellos viven en la opulencia, malversando fondos y comisiones recibidas sin enterarse que el funcionario existe para la función y no la función para el funcionario. Aun no se han enterado que son asalariados nuestros y que si ellos creen que es posible vivir con un sueldo de 900 euros, una jubilación o pensión de 650 o una ayuda de 450, pues entonces que éstos sean sus únicos ingresos y que nos enseñen a vivir con ese dinero. Pero no, esta gente aún tiene el tupé de decir que los políticos deberían ganar más. Justifican lo injustificable alegando que sus nóminas son bajas, y esa es su disculpa. Un justificativo banal y sin contenido alguno. Esto significa que seguimos formando parte de la comidilla de sus corrillos. Están totalmente convencidos que son semidioses y que como tales tienen derecho a todo y a bañarse en oro también. Pero, por favor señores, ¿hasta cuándo vamos a seguir haciéndonos pasar por tontos, ignorantes y sumisos corderitos?.
Nuestras familias se van desmembrando, los matrimonios comienzan a hacer aguas dada la crisis que vienen soportando..
Nuestras familias se van desmembrando, los matrimonios comienzan a hacer aguas dada la crisis que vienen soportando, vemos como cada día más gente viviendo en la calle en la más absoluta miseria, hurgando en los contenedores para poder comer y llevar alimentos a su familia. Día a día comprobamos como muchas personas prefieren perder la vida porque los han dejado desarmados ante la vida. Pierden sus casa, que con sacrificio han comprado a intereses impagables, pero claro en el momento de la compra de la vivienda existía la famosa burbuja inmobiliaria, inflada para el beneficio una vez más de los bancos. Vemos como nos despojan del derecho a la sanidad, quitando ambulatorios, medicamentos, atención sanitaria de emergencia… Nuestros hijos reciben una educación barnizada, sin recursos, sin profesores suficientes, sin materiales. Nuestros jóvenes emigran hacia otros horizontes en busca de una vida digna y los que se quedan aquí están desamparados entre el paro y los contratos basuras que la reforma laboral permite que los empresarios ofrezcan, sin respetar en absoluto lo más elemental para el ser humano, su derecho a trabajar honestamente y justamente, para poder ganarse el sustento diario de manera digna y respetable.
Nos están implantando la nueva esclavitud del siglo XXI con más horas de trabajo y menos salario. Llevándonos también si es posible al pluriempleo y despojándonos de un tiempo precioso para compartir en familia o con amigos.
¿Vivimos en el primer mundo?... yo no lo creo, cualquier país del tercer mundo como los llaman, tienen más respeto por el trabajador, existe menos porcentaje de parados, las viviendas si se las queda el banco, con ello queda saldada la deuda y la educación es sagrada, laica, gratuita y obligatoria.
No sé qué piensan ustedes pero acá no solo están fallando los gobernantes del mundo entero, sino que estamos fallando todos, porque estamos permitiéndoles que nos agredan y maltraten gratuitamente. Y lo que es más triste aun, es que consentimos que nos roben a mano armada sin defendernos, agachamos la cabeza resignados o nos mofamos de las situaciones sin tomar conciencia de la gravedad que realmente tiene..