Cuando en la época actual hablamos de negocios, comercios y servicios, ya nunca lo hacemos desde un punto de vista meramente tradicional; es decir, concibiendo dichas empresas como espacios analógicos del mundo real publicitados única y exclusivamente mediante folletos o cartelería impresa. La llegada de internet y, con él, la revolución de las telecomunicaciones, ha reinventado el concepto de negocio y lo ha convertido en proyectos siempre híbridos, y en ocasiones cien por cien digitales. Incluso una tienda de barrio es consciente del potencial inigualable de internet a la hora de publicitarse y llevar a cabo estrategias de marketing, como puede ser la simple y llana acción de abrirse un perfil corporativo en Facebook. Y algo más: la evidente obligación de crear una web para vender o un portal digital de empresa, al menos si lo que se pretende, más allá de consolidarse, es crecer.

Disponer de una web de empresa es, por lo tanto, imprescindible desde el punto de vista de la promoción del servicio, y las redes sociales no las sustituyen. En todo caso, las complementan. Pero una web, con sus secciones de especial importante para clientes y consumidores potenciales, como las de «quienes somos» o las condiciones de venta y contratación, es el escaparate ideal de cualquier empresa que se precie de ser ambiciosa y darse a conocer sin descanso. Por ello, el primer paso para una startup, a la hora de elaborar sus primeros presupuestos de inversión, es incluir en ella los gastos de alojamiento web y dominio. Para ello, eso sí, será importante que dedique cierto tiempo de investigación con el fin de encontrar los mejores servicios de hosting, ya que contar con un espacio de calidad para el futuro sitio web facilitará mucho las acciones futuras.

Disponer de una web de empresa es, por lo tanto, imprescindible desde el punto de vista de la promoción del servicio

Además, no basta cualquier alojamiento o dominio. Estudiar a fondo el negocio que pretendemos construir, y por tanto analizar la mejor estructura web para él, es ineludible. Un e-commerce, por ejemplo, requerirá que su propietario decida crear una página web para tienda online, con su base de datos de productos interactiva. En empresas informativas, bastará algo más simple; y en todos ellos, será siempre un acierto promocional.