Durante el fin de semana un buen grupo de niños y mayores han disfrutado del contacto con la naturaleza y de distintas actividades. Entre ellas destacan la batalla de globos de agua, el taller de pintura y la llamada Noche de miedo, una tradición de esta hoguera en la que los infantiles más mayores se llevan el protagonismo contando historias de miedo y asustando al resto. Tampoco ha faltado el taller de abalorios en la que los niños expresan su creatividad e intercambian sus pulseras o collares con los demás. También se han divertido con juegos típicos como las cartas, el fútbol, el escondite, la comba e incluso el tranco.

Tres días lejos de sus familias en los que no ha fallado la música, las risas, el cine, las fotografías para recordar los grandes momentos y la tristeza del último día al tener que volver a casa.