Pero nada más alejado de la realidad, tal como demostraron los hechos posteriores, cuando de forma inesperada y por sorpresa Kim Jong-un acude a entrevistarse con el presidente chino Xi Jingping, representante de la primera potencia económica mundial, si nos atenemos a la influencia y tendencia de los mercados.

Algunos analistas han querido ver (de forma torticera) en esta entrevista la continuación de una “tradición” en la política exterior de la casa Kin Jong, pero eso está muy lejos de la realidad presente, ya que Kim Jong-un inicia con esta entrevista una serie de encuentros regionales al más alto nivel, pendientes del anuncio de su entrevista con Vladimir Putin, que no quedará fuera de la ronda, al ser su vecino y primer suministrador.

Las circunstancias no son las mismas que vivieron el padre y el abuelo de Kim Jong-un, sobretodo porque ninguno de ellos logró llevar a Corea del Norte al grado de potencia nuclear.

En contra de toda la propaganda occidental empeñada en presentar a Corea del Norte como un país en el que sus ciudadanos se mueren de hambre y desertan en masa de un comunismo sanguinario, Corea del Norte es un país que a pesar de las sanciones y limitaciones impuestas por occidente mantiene un nivel de vida aceptable, donde el hambre y la miseria no tienen cabida, algo que persiste en muchos países occidentales.

Otra cosa bien distinta es la ausencia de un sistema democrático de representación parlamentaria y la ausencia de libertad de mercado.

Conviene recordar que Corea del Norte es el único país de los considerados comunistas en el que no existe libertad de mercado, ya que China, Cuba, Vietnam y Laos, han abierto sus mercados --en mayor o menor medida—a la competencia.

Por otra parte, el programa nuclear de Corea del Norte nace de la creación en el año 1964 del Centro de Investigación Nuclear de Yongbyon, después de que la Unión Soviética descubriera en 1957 que las reservas de uranio de Corea del Norte podrían alcanzar los 15 millones de toneladas.

Después de exhibir músculo Corea del Norte tiene que abrirse a los mercados

En los años 70 Corea del Sur desarrolló de forma clandestina un programa nuclear, pero EE.UU. descubrió su existencia y presionó a Seúl para que lo cerrara, según fuentes norteamericanas. (ver enlace)

Corea del Sur contaba hasta hace poco para la producción eléctrica con varias centrales nucleares y de carbón, que ha ido cerrando en los últimos años, a la vez que anunció en 2017 el abandono definitivo del uso de la energía nuclear y el carbón.

Pero lo cierto es que el programa de reducción de contaminación de Corea del Sur afecta fundamentalmente a las centrales termoeléctricas alimentadas con carbón y las centrales nucleares obsoletas. (ver enlace)

Por último señalar que ambas coreas suscribieron el Acuerdo de Paris sobre el Cambio Climático, que abandonó EE.UU. de la mano de Donald Trump.

La serie de entrevistas que va a desarrollar Kim Jong-un hay que enmarcarlas en el contexto de una apertura exterior que llevará necesariamente a la apertura del mercado interior y su entrada en el libre comercio y la profundización de sus relaciones con Corea del Sur, hasta ahora condicionada por la influencia del Tío Sam.

Y es probablemente de lo que hablen las delegaciones de Corea del Norte y EE.UU. después de haber alcanzado el consenso necesario con sus vecinos.

En el fondo lo que interesa no es el Pato Donald…sino Mac Donald, Tío Gilito para los amigos.

@ordosgonzalo

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