DOlores compartía un día de playa con sus amigas, el sol acariciaba los cuerpos con toda su capacidad calórica, estaba colocado en lo más alto de un cielo despejado, muchas personas a su alrededor, un día perfecto para estar allí, Dolores y sus amigas reían y conversaban de los chicos que veían caminar sobre la ardiente arena, en eso, unos chicos que estaban muy cerca de ellas quedaron anonadados con una joven impactante, ellos reflejaron que el mundo se había detenido, su perfecto rostro, hermoso cabello y un espectacular cuerpo en un diminuto traje de baño era la causa, inmediatamente Dolores comentó, "hay que ser descarada para usar un bañador tan vulgar, prácticamente está mostrando todo, yo nunca usaría algo así, seguro que es una cualquiera y disfruta de producir pensamientos lujuriosos", así estuvo todo el día, criticando a cuanta mujer paseaba por frente de ellas y tenía un cuerpo atractivo a la vista.

ESa noche en su casa Dolores tomó un baño, refrescó su cuerpo, quitando el olor de la playa y sus sabores, se relajó en la bañera, pensó sobre su día de playa, recordó a un chico que le gusto mucho y rabió cuando llegó a su mente la imagen de la cara del chico cuando paso frente a él aquella chica con el cuerpo espectacular y su diminuto bañador, <estúpido> dijo en voz alta. Salió de la bañera, tomó la toalla y secó su desnudo cuerpo, entró a su cuarto y se dirigió a su closet, vio una pequeña caja, la tomó, la miró con nervio, respiró hondo, la abrió, era una lencería negra, muy sensual, pequeñísima, se la colocó, vio como su cuerpo relleno se veía con la prenda y lloró, <maldita flaca> dijo con enojo, se quitó la lencería, la dobló, la colocó en la caja y la guardo en su lugar en el closet, la esquina izquierda baja, detrás de los zapatos, oculta, como sus sentimientos hacia ella.

DOlores tomo el camino más fácil para ella, ocultar su frustración reflejando y  desviando con críticas lo que en verdad sentía, Dolores no se amaba, se sentía minorizada, la sensación de no ser apetecible para los hombres era su verdadero dolor, nunca creyó en si misma, en ir más allá de los estereotipos, en dejarse conocer como era su esencia, solo se sumergió en el dolor de minorizarse y exteriorizar una versión diferente de lo que era y pensaba, amarse primero y luego decidir si bajar de peso era necesario, si solo era una opción adicional dentro de su amor a si misma, solo eso una opción no una razón de vida.

Si te amas y eres feliz contigo mismo nunca vas a tener necesidad de criticar

LA crítica una acción que frena el crecimiento personal, no te dejes llevar por ella, usa ese tiempo para amarte y reafirmar que cada persona es un universo con sus propias necesidades y respuestas al mundo, donde las críticas solo sirven para ocultar tus sentimientos más ocultos.

SIgue por Globedia de manera exclusiva mis artículos diarios y para saber más sobre las cinco claves del éxito por mi Web http://lascincoclavesdelexito.webnode.com/