¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Ulises Barreiro escriba una noticia?
Este cuento corto fue publicado dentro de la obra "Cuentos de la vía Láctea", obra que reúne 6 cuentos relacionados con temáticas del espacio exterior, y filosóficamente cuestiones que nos competen a los humanos como especia mas allá de la ciencia y la técnica particular que la especie allá desarrollado en cada momento histórico de nuestra existencia como especia.
Las Hormitronautas
Corría el año 2086 y la nave espacial despega desde la base de lanzamientos de la NASA, nadie lo noto y una hormiga astronauta se metió. La comunidad de hormigas terrestres no se quería quedar afuera de la conquista espacial. Si otros seres vivos que se creían los dueños de todo querían emigran del planeta, porque dios sabe cuando dentro de millones de años el sol se apagara. Y de esta forma esta especie llamada humanos querían explorar nuevas tierras para instalarse. Las hormigas no querían ser menos también se sumaron a la carrera de conquista espacial.
Pero las hormigas fueron inteligentes y dejaron que los hombres hagan el trabajo duro, obviamente que corran por cuentas de ellos los gastos del trasporte. Así la comunidad de hormigas comenzó con la preparación de las hormitronautas que serían lanzadas al espacio exterior. Muchas cuestiones se ajustaron para este gran acto de lanzamiento.
Luego de meses de preparación cinco hormitronautas fueron seleccionadas, 1a reina hormiga y cuatro hombres, dos obreros y dos soldados. No fue una decisión patriarcal, sino que es una cuestión de genero propiamente de esta especia en donde el genero femenino manda y el masculino obedece. Cuanto tenemos que aprender los humanos de esta especie tan bonita. La idea original de esta conquista espacial, era que si encontraban un lugar estable fundarían la primera colonia intergaláctica de hormitronautas. Esta era la misión que la reina tenia que llevar a cabo, asegurar la existencia de su especie.
Los nombres de los expedicionarios hormigas eran; la reina Tais, los soldados Telemaco, y Solar. Y los obreros Boyager y su hermano Colgeis. El equipo de hormitronautas se alisto y salio rumbo a la nave que los humanos amablemente y gracias a sus ego personal de especie, habían construido para esta misión. No sabemos porque pero los humanos nunca nos preguntan al resto de las especies que habitamos este planeta, sobre cuestiones relacionadas a el cuidado de nuestro ecosistema, y de nuestra vía Láctea.
Desde el año 2057 que se estaban preparando los humanos para este viaje según sabíamos. Pero las hormigas somos así somos más practicas, trabajamos cuando hay que trabajar y viajamos cuando hay que viajar.
Llego el día. Y gracias a nuestros tamaños y dimensiones materiales pequeñas, los ojos de los guardias humanos no nos detectaron, por tal motivo nos fue fácil ingresar por los motores dentro de la nave. A lo lejos miles de hermanos y camaradas nos despedían.
Ya en la plataforma de lanzamiento, Telemaco quien había estudiado a fondo el libro de Sun Tzu, llamado ¨El Arte de la Guerra¨ ya había comenzado aplicar sus enseñanzas y por ende teníamos a nuestras homiagentes trabajando en las distintas salas de exprimentos de la NASA. Por esto disponíamos de copias de los planos y así ya teníamos definido en que sector de la nave viajaríamos.
Teniamos pensado que viajaríamos en el modulo principal, detrás de las consolas centrales del panel de los astronautas. En donde viajarian 4 humanos con nosotros, en realidad nosotros las hormitronautas considerábamos que ellos eran nuestros vasallos, para que hacer algo nosotros si lo podían hacer ellos, nos preguntábamos a menudo. Por esto dejamos que los homosapiens se ocuparan de trasladarnos a la luna Europa y que realicen todo el esfuerzo.
Ya en el tramo final de ingreso a la nave, que tan gentilmente los humanos habian construido por nosotros, pudimos ingresar con mucha cautela, y tomar nuestras posiciones.
Ya en nuestros puestos, y los humanos también en los suyos, la nave despegó, y a lo lejos pudimos ver cómo la colonia entera de hormigas nos despedía.
Con la nave viajando, pasamos la troposfera, y a la altura de la estratósfera, nos dispusimos a colocarnos en nuestras cápsulas de hibernación. El viaje duraría unos dos años de nuestro tiempo de hormigas.
Las travesías a Júpiter suelen variar entre dos y siete años, si se toman como parámetro las sondas enviadas por la NASA. Años de tiempo humano. Esto depende de la posición de la Tierra y Júpiter al momento del despegue, y de la posición de ambos en relación al Sol.
Las hormitonautas ya sabíamos esto y mucho más, y claro, los humanos también. El viaje duraría dos años y tres meses según la medición humana del tiempo.
Entonces, en la estratósfera, nos colocamos en cápsulas especiales que habíamos construido e hibernamos... Cuando cuatro hibernábamos, uno se quedaba al mando de la misión. Fuimos rotando esta tarea, pues a pesar de nuestra división de castas, en la exploración espacial éramos todos iguales. Y todos queríamos disfrutar de la soledad del espacio exterior, además de meditar tranquilamente. Teníamos pensado que en el nuevo planeta desaparecerían estas diferencias arcaicas que nos separaban en el planeta solt3, más conocido como planeta tierra, a las hormigas.
El tiempo pasó rápido y tranquilo. Todos éramos premis (es decir, poseíamos "el conocimiento", ) y pudimos meditar tranquilamente en el espacio exterior. Por momentos, uno no sabía si las estrellas que veía estaban realmente en el espacio exterior o si eran producto de un viaje de meditación interior.
Llegó el momento de aproximarnos a Europa, una de las 75 lunas de Júpiter. La única luna con hielo alrededor de Júpiter. Su presión podía hacernos aterrizar sin que la gravedad nos aplastase. Europa tiene, según las sondas espaciales, océanos y un frío clima. En algunos lados la temperatura llega a 150 grados bajo cero; pero somos hormitronautas, nos adaptaremos a todo... Y no todo es frío; la presión de Júpiter hace que el hielo se funda y que agua caliente brote del interior. Si hay agua caliente, hay vida... Esa es una premisa hormiga universal; al menos eso decía Tais a diario...
La nave llega a la altura de la estratosferas de Europa, una de las luna de Júpiter, pues ahí nos dirigíamos exactamente, las turbulencias fueron feroces, al atravesar la atmosfera de Europa, una gran tormenta nos golpeo. Toda la nave trastabillo y se movió de tal manera que el Elio, y el gas de la atmosfera nos abrazo terriblemente. Pero pasado este sacudon de bienvenida, las hormitronautas se compusieron.
Tocamos el frío suelo de Europa, y los humanos gritaron de alegría, nosotros también pero ellos no oyen a las hormigas... Por fortuna sino ya nos hubieses conquistado.
Al aterrizar los humanos bajaron rápidamente, su conquista imperial de la vía láctea parecía no tener fin según creían ellos. Nosotros pausadamente nos pusimos nuestro equipo especial con oxigeno, y descendimos felizmente. Nuestra inquietu era encontrar un lugar rápido, para hacer el asentamiento de nuestra colonia.
Los humanos fueron hacia el norte, por ende nosotros hacia el sur, preferíamos estar solas dado que ya habíamos estados juntos más de dos años en esta nave y por miles en el planeta tierra. La relación estaba un poco desgastada para ese momento.
Caminado encontramos la entrada, de lo que se asemejaba a una cueva. Decidimos ingresar pues la reina, dijo que esa era una buena señal. Al comenzar a descender pudimos apreciar que esta cavidad era de origen artificial y tenia miles de años de antigüedad. Luego de caminar y descender por varios minutos, llegamos a una gran cavidad.
Vimos y sentimos que hacia frío, había hielo, pero este hielo flotaba sobre un vasto océano que tenía una profundidad de 97 kilómetros, dato que supimos mucho tiempo después. El agua era bien fría y cristalina. Entre el hielo y la corteza de roca de Europa es a donde íbamos a instalar nuestra colonia hormitronauta. Dado que nuestras hormigas científicas nos habían dicho que bajo la capa de hielo estaríamos fuera del peligro de los rayos solares, y las frías temperaturas de la superficie. De hecho se formaba un microclima que tranquilamente permitiría la vida placentera. Y donde hay agua, algo hay para comer... Además habíamos traído unas semillas para plantar, algunas cosas y hacer nuestros propios estudios. A todo esto un extraño objeto con forma de cigarro pasó a lo lejos por la superficie del planeta. Era esta región como un planeta dentro de otro planeta, nunca supimos que o quienes fueron los que pasaron con esa nave, pero humanos del planeta tierra no eran. Tal vez fue alguna otra especia que estaba en la misma situación que nosotros, vaya uno a saber.
Luego del avistamiento del ovni cigarro, salimos a caminar por este frío espacio. Su geografía era maravillosa. Bueno nosotros las hormigonautas nos fijamos en todas estas cuestiones.
Caminamos no mucho hasta que vimos una grieta bastante interesante. No era de dimensiones muy grande como para humanos, pero si era bastante grande como para nosotras. La reina Tais dio el visto bueno y Telémaco fue a explorar. Al momento regreso Telémaco y nos dijo que el lugar era apto para nuestra adaptación, así que decidimos ir en tropel y la mismísima reina Tais quiso ir delante de todo. Era un segundo descenso dado que ya habíamos bajado hasta este primer subsuelo de esta luna. Parecía que este nueva grieta tampoco era natural. Era como su la luna se tratase de varias capas, de micro habitas interconectados entre si por largos y fríos pasadizos.
Bajamos por una grieta, y nos dirigimos por un conducto hidrotermico, que fue realizado por el empuje gravitacional, de la presión que ejerce Júpiter por su cercana aproximación.
Llegamos hasta una posición en donde se veía el océano de fondo, un nuevo océano... La hormitronauta reina observa el paisaje que le rodea y comienza a bajar la vista. Sorpresa hay vida, Microbios, y microorganismos ya habitaban esta Luna.
Caminamos por esta grieta y encontramos el ecosistema que estábamos buscando. Teníamos todas nuestras provisiones con nosotros, dado que a los humanos por un tiempo no los queríamos volver a ver. Decidimos estar en este lugar para habitar y no en el lugar anterior, dado que nos dio más seguridad acá y la temperatura no era tan fría como en el nivel superior.
Al encontrar que acá en este sitio y espacio, podríamos colocar nuestra colonia hormitronautra, la reina se dirigió hacia Solar, ordenándole que vuelva al modulo espacial, para que cuando los humanos se volviesen a la tierra, Solar tenia la misión de contarles a la colonia de hormigas, que efectivamente en la Luna Europa se instalaría la primer colonia que salía de la tierra. Para que en el futuro se contactaran. Gracias a eso, les puedo estar contando esta bonita historia.
Telémaco observaba por debajo de las capas de hielo, en donde nos encontrábamos, atónito. Los campos electromagnéticos se extienden en todas direcciones; los sentíamos sobre nosotros. Nuestras antenas los percibían. Era una rara y bonita sensación. Que tan solo las hormigas sentimos.
A lo lejos, sobre la superficie de hielo, se agolpan densas nubes grises, retorciéndose y formando enorme figuras que parecen monstruos peleándose por abrirse paso, según se veía por el final del conducto hidrotermico. Una vasta dimensión nos esperaba por descubrir.
Boyaser y Cobois se dispusieron a buscar un lugar en donde hacer nuestro hogar. Al cabo de un momento, estaban construyendo un hermoso palacio en el cual pudiera la reina poner huevos, para así poblar este nuevo pedazo de materia flotando tan lejos de solt3. Al fin y al cabo nosotros estábamos haciendo las bases de la supervivencia de nuestra especie. Dado que era sabido que el sol se calienta cada vez mas y todo lo que viva en el Planeta Tierra es cuestión de tiempo para que desaparezca. Pensar eso, y que ya lo habíamos resuelto, nos complacía, nos hacia sentir bondad pura y alegría. Pues otras especies producto de su egoísmo estaban condenadas a desaparecer.
A todo esto, Solar ya había llegado a la nave espacial, y estaba dentro de ella. Se sentía feliz y triste a la vez. Por su parte los humanos estaban metiendo un robot explorador acuático dentro del océano del primer subsuelo de este planeta, pues lo dejarían haciendo experimentos y mediciones. Luego se retirarían dado que en la superficie el clima era muy frío para estar allí al menos para ellos.
Mientras mis dos amigos especialistas en construcción hacían el hogar, la reina Tais observaba este inmenso y oscuro océano, era como una mancha negra rodeada por hielos. Hielos que ya no sentían el frío de la soledad. Pues las hormigas premis estaban allí.
Tais siente un estremecimiento al ver su reflejo sobre las aguas frías; aquel paraje tan desolado y silencioso le produce inmensa alegría. Por fin habían encontrado el lugar perfecto que la especie viviente llamada hormigas había estado buscando.
De repente, Tais siente una ráfaga de viento, otra ráfaga le llega y provenía del lejano conducto por el cual habían ingresado a este microclima. Los obreros a toda popa ya estaban avanzando con la obra a toda marcha. El hogar tenía entrada y dos corredores construidos. Nada mal para un primer día de trabajo.
A todo esto el militar enviado a la tierra, ya estaba dentro de la nave planificando todo el discurso que daría a su regreso. Además seria el encargado de la creación de la primera agencia espacial hormigonauta, la A.E.H.
Los humanos también comenzarían con la exploración de esta luna. Dado que ellos habían venido a dejar un robot explorador y unos instrumentos de medición y volvían hacia la tierra. No habrían pasado más de 5 horas desde que habían aterrizado en Europa. Y el modulo espacial ya se preparaba para regresar.
Solar ya estaba sentado en el modulo espacial. Siente una fría sensación de soledad. El modulo espacial comienza hacer ruidos de fusión de átomos, al instante se empieza a elevarse y sale de la superficie.
Sus motores rugieron y una ráfaga de aire fuerte hace tambalear la nave. Pero esta sigue firme saliendo de la atmósfera de Europa. Frío planeta superficial que quedaba atrás junto a la primera colonia de hormigas galácticas de la Vía Láctea.
Solar mira por un ángulo que fijaba la vista en la ventana por donde miraban los astronautas humanos también, y a duras penas logra observar la ultima imagen de Europa, que está a una gran distancia de Júpiter aunque visualmente parezca que están cerca.
Recuerdo que, Solar cierra los ojos, sabe que es solo cuestión de tiempo para llegar a la Tierra. De repente, siente un fuerte tirón y un profundo dolor en las piernas y en la cintura. Se da cuenta que no es fácil ser hormigonauta. A pesar de disponer de un buen estado físico, el cuerpo le esta pasando factura de semejante viaje realizado. La nave continúo si viaje de regreso a solT3.
Por su parte a todo esto, en la superficie de Europa, las tres hormigas y la reina hormiga, ya tenían una confortable casa construida junto a la vera de este calmo océano interior. Boyaser termino de construir una sección del hormiguero y dejo apostados unos cables y cuerdas que traía consigo. Para realizar una tarea de constricción.
Cobois mira toda la situación y suelta una carcajada, aún no puede creer su suerte. Dado que es una de las pocas hormigas que han salidos del planeta tierra. El estado de ánimo de estas hormigas era muy bueno, realmente estaban muy contentas de su existencias.
Cobois, se agarra de las paredes del hormiguero, ósea de la Tierra de Europa e intenta hacer una especie de rezo, pero no puede, se da cuenta que eso era cosa del otro mundo, de otro planeta...
Tais, ya tenía su recinto sagrado. Tais se encontraba sola, en el aposento de al lado estaba el militar Telémaco. Y en la tercera habitación construida estaban los dos amigos trabajadores. Boyaser recordó que tenía su navaja victorinox suiza. Debajo de él, los vírgenes suelos de Europa yacían esperando que estas históricas hormigas los tocaran.
En el lago han empezado a formarse pequeñas olas. Lo único que se oye es el rugido del viento por momentos y la calma quietud del sonido de la vida por otros.
Tais, mira al cielo de su palacio y se fija en algo que le llama la atención: una roca salida de un brazo grisáceo asomaba; la reina observa fascinada esta roca bonita de esta Luna especial.
La hormiga desesperada Intenta liberarse de la soga mortal que la oprime, pero no lo consigue. Desesperada, observa el paraje que le rodea: el oscuro torbellino gira impasible, acercándose cada vez más; el tenebroso mar, que tanto terror le causa a su existencia poco adaptativa al agua. Se sumerge en un profundo abismo de sombras mentales; la falta de conocimiento y claridad es letal, está completamente sola con su venenosa mente.
Pidió auxilio, al famoso cielo, dicen que alguien siempre te escucha allí, pero ni siquiera se oye a sí misma, el cielo responde con el aullido del viento, y siente en su rostro ráfagas de la helada verdad. El conocimiento estaba volviendo, y la confusión se estaba disipando.
Dicen que estamos solos a priori en este universo... Piensa la mayoría de los seres que tienen conciencia. Las teorías creacionistas creo que no estaban equivocadas, no puedo ver a dioses o seres extras terrestres que nos miren. Pero siento su presencia... Somos hormigas, con conciencia y conocimiento... Simplemente hormigas, que cansadas de la dominación de los humanos decidimos salir de Solt3... Mis compañeras están en la luna llamada Europa, y nosotras las terrestres pronto ya estaremos allí.
FIN
Ulises Barreiro