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Descendencia

Los hijos mis queridos crápulas, son el orgullo de cualquier padre, por desgracia tambien el espejo de sus frustraciones ¿quién no se ha sentido repelido por esos niños repollo que pasean los domingos por el centro de Salamanca acompañados de un padre marca Ralp Laurent?

Recuerdo que en cierta ocasión y hace ya muchas años, Lola presumía de madre, cosa normal por otro lado, podría decir que estaba anestesiándonos a los allí concurridos antes de conocer y lidiar al ‘morlaco’ especialmente Raul que era el principal interesado, pues el resto nos limitábamos a escoltar al ‘Air Force One’. Nos hablaba de su madre con fervor, su compromiso con la naturaleza, con la madre tierra...bueno estas cosas ya sabéis!

Lo que allí nos apareció fue una activista de Greepeace, con camiseta de Greenpeace y el resto de la sección Quechua del Decathlon y con el pelo cortado en una ‘Erico PeluKeria’ . Ni que decir tiene que a partir de ese momento no me planteé mas cuestiones ¡ de tal palo, tal astilla!, aquella experiencia resultaba esclarecedora.

También recuerdo ( por que demonios pienso tanto, en esta tía últimamente?...ah si, porque me tiene el ‘güasap’ petao ) como sentía profundo desprecio por Raquel Anaya una chica de familia bien y conocida entre los caballeros de la orden por ser una inaccesible ‘potiche’, a la vez que excompañera de clase de Lola. Siempre pareció obvio el motivo, son como agua y aceite, pero en aquel ‘güasap’ me sorprendió, al usarla de referencia...en aquello del estilo y como se siente de bien y de estupenda. Me corte de explicarle que la muchacha es frígida por definición, aparte de meterse un ‘palo por el culo’ para ir tiesa, nadie le conoce mas relaciones sexuales...lo cual la convierte en un mito, ¡cierto es!

Lo curioso es que me confeso que eso podría tener explicación, pues en algún momento fueron amigas y ella en cierta ocasión llego a visitar su casa. Recordaba la habitación de Raquel como un lugar de ensueño, la cama llena de almohadas preciosas...¡que no se podían tocar! Solo eran para ver, al igual que los juguetes expuestos en vitrinas, era peor que un museo. Lola se había criado en una casa mezcla del Centro Reto e Ikea y por supuesto todo tenia un sentido marcadamente útil.

Pese a que las Jesuitinas tenían uniforme, Lola recordaba como de pequeña, Raquel parecía mas elegante que las demás, se llegaron a hacer amigas y pasaban los recreos jugando a cualquier cosa que no descompusiera a Raquel... seguramente ni siquiera sudaba! Pero Lola recordaba especialmente el día que las llevaron a cenar a ‘Chez Victor’, Lola quiso estar a la altura y portaba su vestido especial, confeccionado por su abuela, su padre la dejo en casa de los padres de Raquel, preparada con sus mejores galas. Cuando apareció la Señora Madre de Raquel la miro, la escruto y le dijo a Raquel:

- Creo que deberíais de iros arreglando!! - Ya lo estamos, - contesto Raquel extrañamente tranquila– - ¿eso es lo que te vas a poner? – le pregunto a Lola volviéndose hacia ella que a su vez asentía con la cabeza con una gran sonrisa en su cara ¿qué pregunta es esa? Le dio la espalda y dirigiéndose a su hija Raquel, inquirió - ¿no tienes algo que puedas prestarle?

Creo que esta experiencia marco a Lola, mas que nada por la manía a Raquel años después y por la reafirmación en sus principios ‘perroflautas’. Cuando Raquel además protesto enérgicamente ante su madre, Lola se sintió medio aliviada, hasta que comprobó el sentido de la protesta, dedicada al hecho de tener que compartir y desdeñando la cirugía a ‘corazón abierto’ que acababa de realizar su madre ‘divine star’

Al terminar la cena y recoger a Lola su padre de nuevo, se sintió libre y vieja, muy vieja, pero estar con su padre le hacia pasar todos los males.