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¿Qué está pasando con la paciencia? A veces, ni para leer un texto completo o esperar que cargue un sitio web en el ordenador la tenemos. Aquí te muestro qué es lo que dice la ciencia al respecto y te brindo un ejercicio de meditación para desarrollarla
¿Qué está pasando con la paciencia?
A veces, ni para leer un texto completo o esperar que cargue un sitio web en el ordenador la tenemos.
También a veces caemos en la trampa de los impulsos y reaccionamos insensatamente, o nos dejamos provocar con resultados nefastos para nuestras relaciones y para nuestra salud física y mental.
¿Cuántas veces has necesitado de echar mano a la paciencia para poder resolver cuestiones importantes de tu vida?
Si notas que te hace falta en tu vida, ¿Cómo cultivarla?
En este artículo te muestro qué es lo que dice la ciencia al respecto y te muestro un ejercicio de meditación para lograr desarrollarla.
Comencemos con la ciencia: Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST), en Japón comprobaron que la acción de la serotonina sobre determinadas áreas del cerebro promueve la paciencia y la capacidad para controlar los impulsos.
Los especialistas concluyeron que este estudio puede ser el punto de partida para el diseño de nuevos fármacos y tratamientos contra distintas patologías psicológicas, fundamentalmente en aquellas en las cuales la impulsividad cobra un papel central.
La buena noticia es que no precisas de un fármaco para producir serotonina y calmar tus impulsos pues la meditación te brinda todo un arsenal de recursos para ello porque de lo que no hay duda es que no hay un ámbito de tu vida social en el que no necesites de la paciencia.
Para comprobarlo reflexiona sobre lo siguiente:
¿Cuántos matrimonios se destruyen sin apenas comenzar precisamente porque ninguno ha desarrollado esta capacidad?
¿Cuántos padres se muestran agresivos con sus hijos por no ser pacientes?
¿A cuántos niños los maestros les atrofian su inteligencia y su motivación por los estudios al no saber ser pacientes con ellos?
¿Cuántos comienzan a hacer deportes para adelgazar o tener un cuerpo musculoso, o se emprenden en un negocio, y fracasan justamente por no tener paciencia?
Es más, si existiera una ciencia que se dedicara a la espiritualidad, uno de los métodos que debía utilizar por obligación es la paciencia para llegar a ser “espirituales”.
¿Por qué la tendencia de la mente es a ser impaciente?
Porque creemos que esta forma en la que existimos es nuestra verdadera identidad y como ella tiene fecha de vencimiento, entonces tenemos una lucha contra el reloj y queremos que la Vida se apresure a concedernos todos los deseos y placeres.
Sumado a esto está el hecho de que la mente se mueve entre dos estados fundamentales: placer y dolor. Los dos son estados de excitación solo que a la excitación que te gusta le llamas placer y a la que te desagrada le llamas dolor.
Nota con qué facilidad el placer se puede convertir en dolor y viceversa y una misma experiencia puede llevar implícita los dos estados, de manera tal que la mente no conoce del descanso.
Es precisamente la paciencia la que puede frenar un poco este caótico y desgastante movimiento. Es la paciencia la que te ayuda a morar en ese estado de relajación entre el placer y el dolor.
Los taoístas le llaman a la paciencia “el sabor del Tao”, es decir el sabor de la Vida. No puedes saborear a la Vida sin ella
Los taoístas le llaman a la paciencia “el sabor del Tao”, es decir el sabor de la Vida. No puedes saborear a la Vida sin ella.
¿Para qué te sirve la paciencia?
Te ayuda a resistir con entereza sin desalentarte y sin renunciar a la convicción de que todo en esta vida es transitorio, que ninguna situación por desagradable que sea es para siempre.
También reduce la impulsividad propia del Ego y te permite responder y no reaccionar ante las situaciones porque los comportamientos impulsivos son inversamente proporcionales a ella. Mientras más impulsivo es un individuo, al mismo tiempo es menos paciente.
Además, la paciencia le brinda suavidad a la combatividad de la mente en su lucha contra el tiempo y te ayuda a ser más amoroso porque la paciencia y el amor tienen algo en común y es que saben esperar.
Es como bien dice la sabiduría oriental: La paciencia te da la madurez necesaria para saber que el huevo se va a convertir en águila, la semilla en árbol y la oruga en mariposa.
Por eso muchos definen a la madurez de una persona como la capacidad de ser paciente porque es precisamente eso; dejar que la situación madure permaneciendo en un estado calmado.
Pasemos ahora al ejercicio.
EL EJERCICIO.
Al principio este ejercicio te parecerá un ejercicio de visualización, pero no es tan así.
Comienza a SENTIR que has perdido tu forma y que eres solo energía. Concíbete como pura energía, siéntelo.
Ahora siente como esa energía comienza a agitarse dentro de ti, pero tienes la facultad que, a voluntad, esa energía se puede ir asentando, calmando, entrando cada vez más en un estado de menor movimiento. Hasta puedes sentir que esa energía se queda sin movimiento alguno.
Trata de sentir todo esto en materia de energía, sin forma, sin personificación alguna. La esencia es que no es que te concibas calmado, es que concibas a la energía calmada.
Hazte sensible a cualquier estado de agitación energética y lleva poco a poco ese estado a un estado de reposo. Solo eso.
Al principio te va a resultar difícil porque tienes que imaginarte como energía y sentirte como tal, pero la persistencia hará que tu mente se vaya acostumbrando a sentir ese estado.
La constancia en la práctica de este ejercicio te aportará una tremenda sensibilidad para sentir las diferencias entre la agitación y la calma y ayudará a ganar en consciencia para poder pasar de un estado a otro con tremenda facilidad.
Este ejercicio lleva en sí las características de la meditación porque no tiene que ver con el momento o el lugar, no tiene que ver con tu rutina diaria, tiene que ver con la profundidad de consciencia energética que introduzcas en tu vida.
Además, es científico porque lo puedes replicar cuántas veces quieras. Es más, puedes crear la situación y ver sus resultados.
PARA TERMINAR UNA ADVERTENCIA NECESARIA:
Cultivar la paciencia no quiere decir que tengas que tolerar lo mal hecho o tengas que aguantar una situación angustiosa, o cuando no halles razón para ello te mantengas en el sufrimiento.
No hay un ámbito de tu vida social en el que no necesites de la paciencia
Espero como siempre tus valiosos comentarios sobre esta información y te pido que la compartas con todos aquellos que necesiten un poco de paciencia en sus vidas.
MUCHAS GRACIAS.