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Si doloroso es divorciarse, porque no es plato de gusto reconocer que la convivencia con una persona se ha hecho insostenible, más doloroso es aún ver como los trámites burocráticos obligan a muchas mujeres a regresar con su pareja pues “ o eso, o sus hijos pueden morir de hambre”.
En nuestro país, la Ley del Divorcio permite que ambos cónyuges, firmen un acuerdo ante un mismo abogado, y que éste lo presente mediante un procurador ante el Juzgado de Instrucción de la localidad donde viven. Si hay menores, este acuerdo debe pasar por las manos de un fiscal que en último termino determina si los menores quedan perfectamente amparados.
Hasta aquí todo correcto. Éste es el divorcio exprés, pero es que resulta que "de exprés" no tiene nada.
Los papeles del convenio, pueden quedarse en el Juzgado, meticulosamente apilados tres o cuatro meses o más, hasta que por fín se llama a los interesados para que dicho acuerdo sea ratificado.
Una vez ratificado por los interesados, dicho acuerdo es remitido al fiscal para que compruebe que los menores no van a ser desamparados. En la fiscalía, los papeles pueden estar otros dos meses o tres.
Después de todo este periplo y dando el visto bueno el fiscal al convenio, si por una de las partes no se están cumpliendo las condiciones acordadas, la otra parte debe denunciarlo y empezar otra guerra para que realmente se lleven a cabo dicho convenio.
¿Quién protege a los niños (de padre indeseable), durante todo éste tiempo que la justicia los abandona en un rincón oscuro de un despacho judicial?
Si de lo que estamos hablando es por poner un caso, de un marido que se compromete a pasar una pensión por alimentos a sus hijos ante un abogado y luego se ratifica en el juzgado en los mismos términos, pero no está dispuesto a pagar nada hasta que se lo quiten de nómina, díganme ustedes de que comen esos hijos si los papeles se llevan en el juzgado un mínimo de seis meses, si la madre no está trabajando.
¿Qué motivo provoca que los papeles del acuerdo duerman tres meses en un juzgado antes de llamar a los interesados para firmar el acuerdo, si sobre éste expediente no se tiene que hacer ninguna diligencia? ¿ Y después? Si el hecho de ser presentados ante el fiscal viene motivado por la necesidad de que esté compruebe que los niños van a quedar suficientemente protegidos? ¿quién protege a los niños (de padre indeseable), durante todo éste tiempo que la justicia los abandona en un rincón oscuro de un despacho judicial? ¿quién los alimenta, les paga el colegio, les paga las excursiones, etc?.
Si realmente esto puede suponer una quiebra importante para una madre que trabaja, ¡créanme!, para la que no trabaja esto no es asumible, pues al segundo mes de espera, renuncia a su propia vida si hace falta con tal de poder poner un plato de espaguetis a sus hijos.
Por todo esto, cuando pongo la tele y me hablan de los jueces estrella que se dedican a investigar si Franco realmente ha muerto, a investigar la prisión de Guantánamo y otras maravillas como ésta, me dá una rabia tremenda pues la justicia que yo desearía es la justicia que está más cercana a nosotros, una justicia eficaz donde no se demoren los asuntos que no tiene lógica que se demoren, una justicia donde realmente se proteja a los inocentes (en éste caso los niños), una justicia en la que los ciudadanos de a pié podamos volver a creer.
Díganme ustedes de que comen esos hijos si los papeles se llevan en el juzgado un mínimo de seis meses, si la madre no está trabajando.