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Si de algo no se le puede acusar al escritor Jaime Molina es de repetirse en cuanto a las temáticas que aborda. La Fundación 2.1 es la tercera novela de este autor y en ella aborda cómo la tecnología ha modificado la perspectiva de las relaciones sociales en nuestro mundo
Si de algo no se le puede acusar al escritor Jaime Molina es de repetirse en cuanto a las temáticas que aborda. Si en Lejos del cielo, el autor nos presentaba una novela negra en la que la mafia inmobiliaria, la prostitución y la corrupción política eran sus principales ingredientes, en su siguiente novela, Una casa respetable, el autor cambiaba de tercio y se sumergía en lo que se podría definir como una novela-río, una saga familiar con tintes de novela histórica. La Fundación 2.1 es la tercera novela que llega a mis manos de este autor y en ella nuevamente me ha dejado sorprendido por un nuevo cambio de registro, abordando una temática muy actual: cómo la tecnología ha modificado la perspectiva de las relaciones sociales en nuestro mundo.
La nueva obra de Jaime Molina aborda la temática de las redes sociales, pero decir eso sería banalizar un poco la trama de La Fundación 2.1, que es bastante más que una mera novela sobre redes sociales. En esta novela, lo que el autor nos ofrece, sin pretender en ningún momento dogmatizar, es una aguda reflexión sobre la felicidad basada en mecanismos construidos de un modo artificial o, cuando menos, artificioso. Las preguntas que Jaime Molina nos plantea, como mensajes lanzados al mar en una botella, no reciben ninguna respuesta. En lugar de ello, el autor deja plena libertad a los lectores para que sean ellos mismos los que respondan a estas cuestiones, como por ejemplo, si podemos o no construir nuestra felicidad en un universo online en el que la información puede estar disponible y visible para miles o incluso millones de usuarios. Un mundo virtual en el que, con dinero o sin él, las posibilidades de conectar con otras personas son ilimitadas, y eso sin duda ofrece mucho atractivo; pero Jaime Molina incide de un modo hábil en lo que podría ser el otro lado de ese espejo de ensueño: el anonimato que significa nuestra vida en la enorme maraña de relaciones que se abren al mundo de Internet, un lado oscuro tras el que pueden existir aspectos positivos y negativos, realidades y engaños.
El anonimato puede considerarse el tema central de La Fundación 2.1, y no sólo desde la perspectiva de las redes sociales, ya que el escritor comienza esta historia relatando la historia de un profesor de Literatura que comienza a narrarnos su vida a través de un blog. Ya desde el comienzo, este personaje nos advierte que su verdadero yo se oculta tras un alias, Ismael, que referencia al personaje de la mítica novela Moby Dick.
Ismael comienza a hablarnos de su malogrado matrimonio con Teresa, de quien termina divorciándose, y de cómo su vida comienza a cambiar cuando conoce a Marian, una brillante alumna que desea escribir una tesis sobre escritores negros y que desencadena en Ismael una fuerte atracción, tanto en el plano intelectual como en el puramente erótico. Dicha atracción comienza a resultarle obsesiva, y le provoca un profundo desasosiego que es incapaz de gestionar. Incapaz de separar su rol como tutor de su deseo por Marian, Ismael parece cada vez más perplejo por las increíbles dotes que demuestra su pupila para sumergirse en una interesante investigación sobre el mundo de los autores ocultos, los negros que quedan obligados a permanecer en el anonimato pues no son más que mercenarios de la Literatura. Pese a lo fascinante del tema de la tesis, Ismael se da cuenta de que Marian basa gran parte de su trabajo en especulaciones que desde una perspectiva científica podrían ser consideradas como poco rigurosas, lo que le preocupa desde el punto de vista de su prestigio académico. No obstante, los fragmentos de la investigación que el autor nos ofrece a través de la pluma de Marian demuestran el fruto de una investigación que el propio autor ha debido de realizar y que está lleno de anécdotas literarias verdaderamente interesantes.
Ismael parece cada vez más perplejo por las increíbles dotes que demuestra su pupila para sumergirse en una interesante investigación sobre el mundo de los autores ocultos
Un viaje de Marian a los Estados Unidos en busca de fuentes bibliográficas para su tesis provoca una separación que Ismael sólo acepta a regañadientes y que a la postre le hará viajar a Nueva York en busca de Marian.
Ismael nos relata su descubrimiento del mundo de Internet y cómo éste le ofrece una nueva visión del mundo que paulatinamente él irá aceptando y en la que, poco a poco, se irá incluyendo para sumar así su anonimato al anonimato de la inmensa población de Internet. Un mundo fabricado de información, pero de una información creada por personas, con intereses no siempre demasiado éticos, donde cada vez es más difícil distinguir la realidad de la ficción. Al fin y al cabo somos seres esclavos de nuestros sentidos, y la realidad es algo perfectamente construible y transformable. Como colofón de todo ello, nuestro particular Ismael topará con una curiosa empresa, la Nueva Fundación, y su particular visión de las relaciones humanas. Una empresa que le plantean a nuestro protagonista cuestiones como ésta: “Imagínese un lugar en donde puede hacer realidad todos sus sueños. Si se lo ofrecieran en bandeja, ¿Lo despreciaría sin más? ¿Cree que podría renunciar tan alegremente a una cosa así?”. ¿Qué cabe responder ante esto? Ni el propio Ismael se encuentra seguro de tener una respuesta cierta ya que, como él mismo nos recuerda: “a veces, con quien más queremos estar es precisamente con quien no podemos estar”.
En definitiva, La Fundación 2.1 me parece una novela interesante, profunda y llena de sorpresas, escrita por un autor que ya ha demostrado desde sus anteriores obras haber alcanzado una incontestable madurez literaria, en este caso, difiriendo hábilmente la trama principal como si se tratase de un juego literario en el que Jaime Molina sabe guardar sus cartas para enseñárnoslas poco a poco, sin precipitaciones, desentrañando para el lector una trama donde nada es lo que parece y en donde todo parece estar conectado como nadie podría imaginar. De este modo, la sombra de La Fundación planeará desde el comienzo sobre el lector aunque no sepamos verdaderamente nada importante de esta empresa hasta la segunda mitad del libro, en donde el hallazgo de una posible felicidad se plantea de un modo asombroso y contundente. ¿Es posible encontrar en las redes una herramienta para ser feliz? ¿Se puede encontrar una ruta válida que nos lleve a aceptar esto? ¿Puede el anonimato utilizarse como una estrategia provechosa para lograrlo o es un hándicap? Estas preguntas y algunas más son lanzadas al aire en La Fundación 2.1, una obra moderna con un planteamiento actual y que fascinará fácilmente a sus lectores.
Reseña escrita por V. Rentero.