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El presidente Rafael Correa sabe cómo arrancar carcajadas con humor corrosivo, pero su lado menos divertido salió a flote en Ecuador con una criticada cruzada contra internautas satíricos y un caricaturista que fue sancionado por segunda vez en un año.
Un activo usuario de Twitter, con dos millones de seguidores, a Correa no le cae en gracia ser blanco de las burlas que circulan por las redes sociales, y sonríe todavía menos con los dibujos de Bonil en el periódico El Universo.
Desde finales de enero, el mandatario emprendió una "lucha en las redes sociales" para mostrar que cuenta con más seguidores que detractores, y ha identificado a algunos de los "jocosos", según sus palabras, que lo atacaban desde el anonimato.
"Ley en mano", Correa ha exigido sanciones contra Xavier Bonilla (Bonil), a quien tilda de "sicario de tinta" por las viñetas que a su juicio "difaman" al gobierno.
Bonil, forzado hace un año a rectificar una viñeta que molestó al gobierno, fue sancionado el viernes por segunda vez debido a un diseño donde satiriza al exgoleador y diputado oficialista negro Agustín 'Tin' Delgado por su lectura entrecortada en una sesión del Congreso.
Esta nueva sanción se fundamentó en una ley vigente desde 2013, promovida por Correa, que aumentó el control sobre los medios.
También con base en esta polémica ley, la Superintendencia de la Información y la Comunicación sancionó este sábado al canal Teleamazonas por "linchamiento mediático" contra el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga. La emisora de televisión deberá ofrecer disculpas a Chiriboga, publicando "en días distintos, en el mismo espacio, programas, secciones, tantas veces como fue publicada la información lesiva".
Estas acciones muestran "una mezcla de intolerancia, rasgos autoritarios de personalidad y una estrategia para implantar miedo en la oposición y sectores que lo critican", dijo a la AFP Jaime Costales, académico y analista de coyuntura.
- "La mentira no es un chiste" -
El órgano regulador de medios llamó a Bonil a "corregir sus prácticas" tras amonestarlo por escrito por la fotocaricatura sobre el "Tin" Delgado, calificada de "discriminatoria", y ordenó a El Universo a publicar sus excusas por la viñeta.
"Éste no es el primer episodio. Yo ya voy recibiendo la arremetida del poder, del oficialismo, desde hace varios años", dijo Bonil a la AFP.
El sábado, Correa expresó estar "totalmente de acuerdo" con la decisión. "¿Quién puede negar que esa caricatura es discriminatoria? Hay que ser caretuco (sinvergüenza) para hacerlo", agregó.
Ajeno a las críticas, el presidente ecuatoriano ridiculiza en sus programas a periodistas y adversarios políticos, pero cuando se trata de Bonil o de los tuiteros que lo ofenden, alega que no "está combatiendo el humor, sino la mentira".
"En nombre de la libertad de expresión no se puede difamar, no se puede insultar. La mentira no es un chiste", proclama.
- "Estrategia equivocada" -
Más allá de la irritabilidad que, también con humor, le endilgan al mandatario (un meme asocia su imagen con la de un condón "ultra-híper sensible"), analistas creen que Correa incurrió en la estrategia equivocada.
"Todo intento de acallar algo en internet produce el efecto contrario", dijo a la AFP Christian Espinosa, consultor privado en redes sociales.
Justamente el humorista inglés John Oliver, de la cadena estadounidense HBO, se hizo eco de lo ocurrido en Ecuador y se burló sin piedad del mandatario hace una semana.
"Presidente Correa, si eres tan sensible, entonces Twitter y Facebook tal vez no sean para ti", dijo Oliver.
Según Espinosa, Correa buscó sin éxito evidenciar el uso irresponsable de las redes sociales. "Pero ahora no somos responsables, sino más virulentos. Lo único que se ha logrado es que haya más cuentas anónimas", sostuvo.
Andrés González, politólogo de la privada Universidad San Francisco, sostiene que los episodios recientes revelan la tensión entre la libertad de expresión y derechos como el de la no discriminación, y profundizan a su vez una vieja pugna.
"Los presidentes están expuestos a la crítica, a la sátira y la burla, pero a nadie le gusta los insultos y calumnias basándose en la libertad de expresión y Correa ha mostrado un carácter sensible", dijo.