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No nos lo permitimos por culpa y deberíamos hacerlo
Dejar espacios de ocio en nuestra cotidiana tarea laboral es fundamental para que la mente encuentre ese remanso que necesita para no caer en algún trastorno psíquico.
Roxana Kreimer, doctora en ciencias sociales asegura que "el hombre libre es el que dispone de su vida para disfrutar de actividades que son un fin en sí mismo; es decir que no se desarrollan sólo a cambio de dinero y que hacen plena la vida"
Ya Aristóteles consideraba que daba menos satisfacción las actividades que no tenían un fin en sí misma como sería la de ganar fama o dinero. La ciencia moderna corrobora este concepto.
Hoy, los especialistas hablan del "tiempo creativo" jerarquizando su concepto como que es el tiempo de jugar y por lo tanto el mejor. Consideran que los grandes descubrimientos y avances se han hecho en ese tiempo que es independiente de las obligaciones.
Lo ideal es encontrar un ocio que implique un nivel de desafío sin llevarnos a la exigencia. El placer intrínseco de la actividad como diría el psicólogo húngaro Mihály Csíkszentmihályiy que el bautizó como "fluir".
Es tiempo de pensar seriamente en esto