En el campo nos recargamos de energía gracias al contacto con la gran variedad de vegetación que nos rodea. No sólo se debe a la belleza de los paisajes, a la calma del entorno o a la pureza del aire, sino también al color verde que caracteriza la floresta. Según la cromoterapia, el verde es el color del equilibrio, de la juventud, de la esperanza y del renacer. Según esta terapia, cada color posee una vibración capaz de relajarnos o estimularnos, tanto físisca como mentalmente, dependiendo el color elegido. Así, el verde influye en la regeneración orgánica y química, y nos ayuda a sentirnos más alegres y optimistas, y con ganas de hacer cosas nuevas.El verde también se identifica con la armonía y estabilidad, y se utiliza como tónico contra el estrés y el cansancio.Las estancias verdes relajan, alivian el dolor de cabeza y aceleran la recuperación en caso de convalecencia.