¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Maestrazgomagico escriba una noticia?
Ha aguantado en La Rioja y él es de Aragón, pero el viaje se le hace largo, muy largo, a Paco Martínez. Porque esta Rioja es la argentina y él disputa su primer Dakar. Lo hace, además, con una moto totalmente personal. Una Kawasaki de motocross tuneada para el raid cumbre. "Me estoy encontrando bien y no estoy forzando. Nuestra idea es terminar. La base es no arriesgar. Y, pese a la dureza, me siento cómodo yendo a mi 'ritmico", suelta, y ahí se le nota a los cuatro vientos su acento maño. Ha tardado un año en poner a punto esa moto, cambiando el filtro de aire y utilizando unas piezas que él califica de "indestructibles". "Ves, si tengo un golpe, el frontal en lugar de romperse cede, así, así", nos explica con su moto desmontada en el habitual lifting vespertino en el box. Paco Martínez (Teruel, 20-8-1976), acompañado por Sergio Mateo, su mecánico ("somos amigos del pueblo", aclara), repasa las penurias de la primera etapa: "Tuve un avería y la moto se me paró unas veinte veces. Acabé el último", asume con una sonrisa, pues acto seguido habla muy bien del resto de etapas: "En la segunda adelanté a unos 70 pilotos entre las dunas, para mí desconocidas. Incluso paré y a un piloto local le pregunté cómo las pasaban ellos. Empecé a tomarlas ladeando y a partir de ahí disfruté", dice. Si no le da tiempo a preparar el roadbook, se guía por el GPS. Con su KX 450 como pieza de orfebrería. "Acostumbrado a la Baja España, en que la especial se hace a 180 km/h, a fuego, a tope, aquí lo importante es no caerte y cuidar la mecánica. Y coger un 'ritmico", finaliza. Un ritmico que le hace ir cubriendo etapas hacia su sueño.
Noticia en AS