¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Polisinodia escriba una noticia?
Normalmente los viajeros y la estela que les sigue pertenecen al pasado, tan lejano y bello él
Viajero. Aventura
El viajero, segundo capítulo.
Un cayado, provisiones y un diario que recoja cuanto presencien sus ojos. Nada más tiene el viajero, nada más piensa añadir. ¿Creen ustedes que olvidó algún objeto capital, utensilio indispensable que echará después de menos? Quizás piensen en dinero, el mejor salvoconducto, o en un arma puntiaguda que convenza a los rufianes de cesar en su negocio al menos por una vez. También pueden concebir los blancos pliegues de un mapa, bien el norte y el magneto que una brújula componen, todo lujos muy pesados que carecen de sentido, con permiso del viajero les explico los motivos. Las monedas tintinean como única virtud, talento que permite solo a veces, en concreto la mitad, el poder ser victorioso. Pero el fin que estas poseen más allá del doble o nada es un gris mantenimiento de la vida y afluentes, del inmueble que te acoge, los salones y sus muebles, la familia que allí mora y el precio de sus enseres; el negocio que uno funde o que en su defecto herede exige el pago del dinero y del tiempo que te quede. Descartados los rubíes aparece la alabarda, o el mandoble, cimitarra, un fusil de largo alcance, la finura que prefieran no duden en empuñar, el viajero hará lo propio refutándolas sin más, ni un atisbo de duda se dibuja en su mirada, sin temor a una emboscada sabedor que su cayado es suficiente guardián. Llega el turno de los planos, que desecha sin siquiera husmear sus recorridos, los lugares de leyenda cuyo origen es incierto no aparecen recogidos en un mísero papel, solo el náufrago consigue que le muestren su camino al jamás haber querido en ellos en ellos aparecer. Llegados a este punto supongo deducirán que el saber dónde está el norte al viajero nada importa, toda luz es bienvenida pero ayuda no consiente, si intervienen las agujas él jamás podrá llegar, pues antes debe extraviarse.
Prosigue la aventura del viajero