Unos amigos se fueron de viaje por un mes y tuvieron a bien dejarme la casa a su cuidado. Y estoy seguro que no existe ser humano del género que sea que no aproveche una casa sola para buscarse una compañía. Y eso hice. Y si usted no lo ha hecho, juzgarme no me quita lo bailado. Y sí lo ha hecho, mientras haya sido en buena lid, todo bien, ¡brindemos por eso!

Bien, días después de la partida de los dueños de casa, cuando ya la seguridad estaba en mí, conocía el entorno y tuve dinero, llamé a una amiga que conocí en las redes sociales. Le comenté de la casa y bueno, ya ambos teníamos ganas, sólo faltaba un detonante y una casa sola, para dos, es el picante especial.

Ella llegó en taxi el cual le pagué. Comimos, charlamos, vimos videos en wallaporno para irnos poniendo a tono y con música, aire acondicionado, quietud y comodidad, fluimos.

No sólo lo hicimos y disfrutamos varias veces en todos los cuartos, sala, cocina, baño y jardín; nos sentimos libres, sacamos presiones, tuvimos paz y compañía. Y así un par de veces más. Luego ella se fue de viaje a otro Estado y todo murió, menos el recuerdo, la picardía y la pasión del mejor mes de nuestras vidas.