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La comunidad cafetalera de La Pintada (sur de México), devastada en septiembre por un deslave que dejó decenas de muertos, recibió este lunes la visita del presidente Enrique Peña Nieto, quien entregó más de 100 casas erigidas en los trabajos de reconstrucción.
La Pintada fue el símbolo de la devastación causada por el impacto simultáneo de los huracanes Ingrid y Manuel en ambas costas de México, cuyas fuertes lluvias dejaron un saldo de 157 muertos y al menos 1, 7 millones de damnificados en el país.
El 16 de septiembre las lluvias causaron que un cerro se desgajara sobre el centro de La Pintada, un pueblo enclavado en la sierra de la empobrecida región de Guerrero que quedó prácticamente destruido en cuestión de minutos.
Un total de 71 pobladores murieron por el deslave y cinco policías lo hicieron en el accidente de un helicóptero que trabajaba en las labores de rescate, recordó Peña Nieto.
"Me siento muy conmovido de ver aquí los rostros de las mujeres y hombres que pasaron por momentos difíciles y hoy están de pie y decidido a seguir adelante", declaró el presidente al hacer una primera entrega de 125 casas a esa comunidad de unos 400 habitantes.
Al recordar la desolación que se vivía en este lugar hace nueve meses, el presidente entregó viviendas pintadas de colores vivos de hasta dos plantas y construidas con cemento, diferentes a las casas de madera que había en la zona, muchas de las cuales quedaron bajo toneladas de lodo.
En el centro del pueblo, donde cayó la mayor parte del lodo y quedaron enterradas las víctimas, el presidente inauguró un parque memorial.
El mandatario destacó que la propia comunidad ha participado en la reconstrucción del pueblo, en el que tuvieron que levantarse nuevamente también pequeños comercios.
También anunció que destinará apoyos para que los productores de café puedan comercializar el grano.
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