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La reconstitución con actores de la batalla de Bannockburn, en la que los escoceses derrotaron a los ingleses hace 700 años, adquirió este sábado un carácter simbólico, a menos de tres meses del referéndum de independencia de la provincia británica.
Para muchos nacionalistas escoceses, la victoria del pequeño ejército del rey Roberto de Bruce contra las tropas inglesas de Eduardo II fue un momento decisivo en el combate de Escocia por la independencia.
Unas 10.000 personas acudieron a Stirling a la reconstitución de los momentos clave de la batalla de Bannockburn de 1314 que se lleva a cabo sábado y domingo a cargo de la tropa que participó en películas como "Gladiator" y "Robin Hood".
El aniversario se celebra a pocos meses del referéndum del 18 de septiembre, en el que los escoceses decidirán si se quedan o no en el Reino Unido.
Al desfile militar y la exhibición aérea con motivo del día de las fuerzas armadas asistieron el primer ministro escocés, Alex Salmond, y el jefe de gobierno británico, David Cameron.
Salmond subrayó que Bannockburn es un "momento clave en la historia de la nación" que puede ser celebrado por todos los escoceses, sin importar sus ideas políticas.
El primer ministro escocés hizo una breve visita a la reconstitución de la batalla luego de la celebración del Día de las Fuerzas armadas, acto que los militares y veteranos británicos también celebran en Stirling el sábado.
"Bannockburn, como el Día de las Fuerzas Armadas, es para el pueblo que cree en la nación escocesa", dijo Salmond a la AFP.
El primer ministro David Cameron también asistió al desfile de las fuerzas armadas, donde llamó a los escoceses a votar "No" a la independencia en septiembre.
"Todas nuestras naciones en el Reino Unido están orgullosas de sus historias", dijo a los periodistas.
"Pero lo que decidimos hacer es ir juntos como una familia de naciones, y pienso que todos nos beneficiamos perteneciendo a la familia", añadió.
Danus Skene, un escocés favorable a la independencia cuyos antepasados lucharon con Roberto de Bruce en Bannockburn, estima que la visión nostálgica del pasado es buena para el turismo, pero debería quedar al margen de los debates sobre el futuro de Escocia.
"Esta imagen de Escocia no es útil", dijo este hombre de 70 años, contactado por teléfono por la AFP en su casa de las islas Shetland.
"El debate se basa en una autogestión nacional, en una serie de temas de actualidad. De eso se trata, y no de vestirse con una armadura", zanja este exprofesor que encabeza el clan Skene, un grupo de escoceses cuyo nombre se remonta a la época medieval.
Alrededor de 250 actores del mundo visten armaduras y empuñan espadas, mazas y lanzas para revivir la batalla a las órdenes de un agricultor de Fife (este de Escocia) en el papel despiadado de Bruce.
Iniciaron la reconstitución recorriendo a caballo el campamento en el que luchó el rey escocés y dejando caer su hacha sobre el cráneo de un caballero inglés.
La reconstitución comenzó el viernes por la noche con un desfile de cientos de gaiteros. Muchos de los espectadores agitaban banderas con una Union Jack por un lado y la cruz escocesa de San Andrés por el otro.
De pie en un banco, Matthew, de seis años, gritaba con todas sus fuerzas "¡Escocia!", pero los defensores de la independencia, como este niño y su familia, eran minoritarios.
Según el último sondeo, publicado en el Financial Times, el 47% de los escoceses se oponen a una salida del Reino Unido, con 10 puntos de ventaja sobre el sí, y el 15% están indecisos.
Frente a los gaiteros vestidos con kilt (falda escocesa) que se dirigían hacia el castillo de Stirling, objeto de décadas de combate, el turista escocés Rodney Collins se emocionó.
Pero los votantes escoceses, explica, deben votar con la razón y no con el corazón.
"No creo que Escocia pueda arreglárselas sola económicamente. Creo que muchas de las cosas se basan en las emociones y no lo suficiente en las preocupaciones comerciales", concluyó Collins.