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La justicia española ordenó reabrir la investigación sobre la muerte en 2014 de 15 inmigrantes que trataron de llegar desde Marruecos a Ceuta, y fueron repelidos por agentes de la Guardia Civil, según un auto al que tuvo acceso la AFP este viernes.
La investigación inicial contra 16 guardias civiles por presuntos "delitos de homicidio y lesiones imprudentes" había sido sobreseída en 2015 por la justicia, que estimó que "no existe ningún indicio que permita afirmar que los agentes imputados hicieron un uso inadecuado del material antidisturbio" en la operación.
Sin embargo, en un auto con fecha de este jueves, la Audiencia de Ceuta decidió aceptar "íntegramente los recursos de apelación" presentados por tres organismos, ya que las diligencias efectuadas hasta el sobreseimiento no alcanzaron "los grados de suficiencia y eficacia que serían exigibles".
Por ello, "revocamos y ordenamos continuar la causa", dispuso el tribunal ceutí.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una de las que recurrieron el sobreseimiento, no tardó en felicitarse de la decisión, "una victoria judicial que abre una rendija de esperanza contra la impunidad".
"Esperamos que esto conduzca a un nuevo juicio oral", señaló a la AFP Estrella Galán, secretaria general de CEAR.
El 6 de febrero de 2014, más de 250 inmigrantes del África subsahariana intentaron entrar a nado en Ceuta por la playa del Tarajal. De ellos, 15 perecieron ahogados y sólo 23 alcanzaron el enclave, del que fueron rápidamente expulsados.
Según varias ONG, los agentes de la Guardia Civil dispararon directamente balas de goma contra los migrantes, muchos de los cuales no sabían nadar. Las autoridades dijeron en cambio que los disparos no iban dirigidos a estos, sino al agua, para disuadirlos.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos suelen criticar el trato de las autoridades españolas a los migrantes en los enclaves de Ceuta y Melilla, las dos únicas fronteras terrestres entre la Unión Europea y África.
En ambos enclaves el objetivo de los migrantes es alcanzar el centro de estancia temporal (CETI), donde pueden presentar una solicitud de asilo.
En los últimos años, miles de migrantes han tratado de saltar las vallas que separan estos enclaves del territorio marroquí.
El último episodio sucedió la pasada Nochevieja, cuando más de un millar trataron sin éxito de entrar en Ceuta en una violenta incursión en la que un agente perdió un ojo.