¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Potencia escriba una noticia?
Desde comienzos de año Seopán ponía el foco de atención de su estudio anual del mercado en la más que posible ralentización del mercado de la construcción, debido principalmente a una desaceleración en la compra de viviendas. A esto se han ido sumando indicadores de todo tipo que señalan, más que un cambio de tendencia, una caída en picado del mercado. Y en el último mes vemos como las inmobiliarias y promotoras no levantan cabeza en la bolsa; un estudio del IESE y Burson Masteller revela que los directivos de este país reclaman mayor flexibilidad en el mercado laboral con carácter urgente. Y no lo hacen en vano, ya que según el último estudio Manpower de Proyección de Empleo los directivos del sector de la construcción prevén una reducción en la previsión de contratación durante el tercer trimestre del año, y la Proyección de Empleo Neto del sector alcanza el 6%, 14 puntos menos que en el trimestre anterior, que fue del 20%, y 13 menos que en 2006, que fue del 19%. Y a todo esto hay que sumar que en el mismo estudio del IESE los directivos reclaman también a la Administración un aumento de la inversión pública en infraestructuras para compensar la caída en el tramo residencial.
Todos los años se comentaba que habíamos tocado techo en el crecimiento económico, pero esta vez parece que la cosa va en serio. Porque si cae la construcción, auténtico motor de la última década, el efecto será expansivo. No obstante, también los hay que hablan de corrección en los mercados bursátiles, madurez del mercado y asentamiento del crecimiento. Conceptos benévolos para no decir que ya no viviremos crecimientos desmesurados y que para seguir creciendo hay que tomar posiciones. Sea como fuere, cuando se empiezan con rumores, habladurías y perspectivas negativas, al final se acaban cumpliendo, tal y como nos ocurriera a principios de los noventa.
Lejos de intentar hacer de aprendiz de brujo, lo cierto es que el sector de obra pública, parafraseando a Aznar, y curiosamente también a ZP, "España va bien". El índice de costes de la construcción en ingeniería civil crece de forma moderada, señal de que la demanda es fuerte y constante. La nueva contratación en los tres primeros meses del año también crece, al igual que las licitaciones, aunque de manera irregular según la Comunidad Autónoma. Además, la apuesta del Gobierno por las infraestructuras públicas entronca con la demanda de los directivos de la construcción y el futuro parece claro en este ámbito. Aún así, cabe reseñar que las infraestructuras tradicionales no tienen mucho más recorrido y la tendencia va hacia sectores en los que España tiene mucho que hacer: medioambiente, agua, energía... Ya pueden los constructores tomar posiciones, porque los fabricantes de maquinaria lo van teniendo claro.