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Hasta el momento EEUU registra 311.536 casos y más de 8.400 decesos
Las Vegas, Nevada, año 2020. La ciudad del pecado no es ajena a las restricciones que todo gran centro urbano está tomando para paliar la propagación del Covid-19. La pandemia mundial está provocando graves prejuicios en las economías de todo el mundo. Los hoteles de la ciudad de los casinos están prácticamente vacíos. La aglomeración urbana más grande del estado de Nevada, con casi dos millones de habitantes, vive principalmente del turismo.
Dónde habitualmente vemos luces de ludopatía y calles repletas de vehículos y transeúntes, vemos ahora avenidas desérticas gobernadas por el silencio. Los centros de acogida para personas desamparadas estaban, hasta hace poco, al 100% de ocupación. Un albergue que daba cobijo a 500 sin techo, ha cerrado sus puertas y ha echado a todos a la calle porqué uno de ellos dio positivo al Coronavirus. La solución que han tomado las autoridades veganas ha sido pintar parcelas en el suelo de un párking a modo de hotel cápsula al estilo japonés, con la diferencia que aquí no hay paredes, no hay cama, no hay baño, no hay nada. Solo hormigón y una manta con la que taparse del frío en las noches. Actualmente hay más de 1.200 casos registrados de Covid-19 en la zona de Las Vegas según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), además de 39 muertes.
Del western estadounidense nos vamos a la Gran Manzana. De los más de 311.000 casos que hay en todo el país, en el estado de Nueva York ya son más de 114.000 contagiados y 3.568 muertos. No se conocía una cifra de estas características desde los atentados del 11-S. Las calles de Manhattan, Brooklyn, el Bronx o Long Island están desiertas tras las medidas de confinamiento decretadas por el gobernador Andrew Cuomo. Sin embargo no todo el mundo puede confinarse adecuadamente, y mucho menos en un país donde ser pobre sale carísimo. En 2019 la cifra de neoyorquinos “homeless” aumentó hasta alcanzar una cifra récord. Y en este contexto, el gobierno municipal ha pedido a los sin techo que no duerman en la calle o de lo contrario perderían sus pertenencias. La paradoja de las paradojas: obligar a un desamparado a no serlo.
El 26 de marzo el presidente Donald Trump afirmaba que los Estados Unidos eran el país mejor preparado para afrontar la crisis del coronavirus. Hoy, el país más poderoso del mundo económica y militarmente es el país con más contagiados del mundo y su estructura sanitaria nos lleva a predicciones poco o nada optimistas. Se calcula que en 2019 había alrededor de 30 millones de norteamericanos sin seguro médico según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Si esta pandemia nos ha demostrado que ningún sistema público de salud está preparado para afrontar esta crisis sin colapsarse, ¿qué va a ocurrir en un país dónde la sanidad pública es casi inexistente?
El gobierno de la Gran Manzana ha pedido a los sin techo que no duerman en la calle o de lo contrario perderían sus pertenencias
La situación trágica que vemos en algunos rincones del mundo nos plantea si de verdad podemos hablar de primer mundo y tercer mundo o si la pandemia del Covid-19 ha difuminado esta categorización. Hablamos de una terminología ideada por el economista Alfred Sauvy en 1952 que en su momento definía la postura de cada estado en la Guerra Fría, en función de si se estaba en el bando de la OTAN, del Pacto de Varsovia o en ninguno de los dos. Más tarde adoptó una caracterización económica para referirse a los países desarrollados por una parte y a los subdesarrollados o en vías de desarrollo. ¿Pero cuál es la precisión de este modelo?
Viendo como algunos países han articulado sus medidas contra el virus, podemos afirmar que la idea de primer mundo y tercer mundo se convierte finalmente en una quimera. Son categorías obsoletas para el mundo de hoy. La imagen de Nevada, EEUU, de “homeless” durmiendo en un párking, separados por parcelas, es un ejemplo muy revelador. Imágenes tercermundistas en un país autodenominado del primer mundo. De igual forma, ¿quién no ha visto colosales mansiones en países cuya pobreza es generalizada? El primer mundo y el tercer mundo están en todas partes, en todos los países. En cada rincón se puede avistar la más ostentosa de las riquezas y la más cruda de las pobrezas. Y de igual forma en todas partes habrá personas que afrontarán la pandemia con mejor situación que otras.
El Covid-19 nos ha brindado muchas cosas aparte de la histeria, las fake news, las principales avenidas vacías y la concienciación sobre aquellos trabajos que hasta ahora valorábamos poco o nada. Nos ha brindado también un respiro, literal además, a nuestra atmósfera. Pero sobre todo nos ha traído el peor rostro de la humanidad en sus sistemas económicos y de gobierno. Una pandemia mundial nos ha demostrado que hay asuntos sobre situaciones insostenibles que debemos abordar tan pronto como salgamos de nuestras casas.