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Fene que fue referente mundial del sector naval, paradigma global de dinamismo industrial y del ascenso social sostenible, pasó del apogeo al declive, sin que tras cuatro décadas los artífices políticos de la debacle hicieran el mínimo gesto en favor de su reactivación efectiva
Que el empleo, la población y la economía están íntimamente ligados. es una realidad que en el ayuntamiento de Fene conocemos perfectamente desde mucho tiempo atrás, y ello como consecuencia de los dramáticos avatares sufridos por el municipio a principios de la década de los 80 que derivaron en la destrucción del que fue hasta entonces su cardinal sector productivo, y a la vez arranque de su evolución anterior.
Cabe referir que desde la década de los años 60 del siglo pasado favorecido por el auge de su emergente sector naval, el ayuntamiento, experimentó una evolución demográfica alcista cuya tendencia se mantuvo durante un período de casi veinte años, y cuya culminación, ha de fijarse en el año 1986 por ser este el momento que duplicando casi los habitantes de principios del período, la población municipal se aproximó a los 16000 habitantes,
Un referente de esplendor sin parangón, que paradójicamente, pasado el tiempo se transformó en punto de inflexión e inicio de su decaimiento, como consecuencia de la impuesta reconversión de su esencial actividad productiva, que motivó desde el primer instante que el ayuntamiento perdiese un 14% de su censo de población hasta situarse en sus actuales 13.110 habitantes, una cuantía en clave descendente, y de partida, sin perspectivas de recuperación.
El desmantelamiento del astillero Astano, y los efectos colaterales inducidos hizo que aspectos como la movilidad geográfica de sus excedentes y masiva pérdida de empleo desatase una persistente tendencia a la baja demográfica hasta el extremo de llevar su censo municipal a una población de hecho inferior a la existente cuarenta años atrás.
Para mayor complejidad, las previsiones que barajan los más reputados demógrafos más que indicar un cambio de trayectoria en positivo son para echarse a temblar, toda vez que las mismas vienen a revelar que lo peor aún está por llegar; y a pesar de tan desalentadoras expectativas, lo cierto es que ante tal coyuntura nadie hace nada por poner remedio al problema. Tal es la dejadez, que ni se elaboran diagnósticos, ni se revisa el planeamiento genuino, y por tanto tampoco se aplican terapias para cambiar el rumbo de la situación
Aspectos indicativos del desinterés generalizado sobre el particular, y muy especialmente, de la total despreocupación por establecer de forma responsable un gran pacto político y social dirigido a combatir tan perjudicial fenómeno, e impedir con ello que la demora en la toma de soluciones convierta la cuestión en irreversible.
Fene es más que ningún otro, el ayuntamiento del ámbito territorial gallego que reúne las mejores condiciones para la reactivación
Si así no fuera, la merma demográfica que está causando en el devenir municipal la interminable crisis industrial, en modo alguno tendría mayores efectos ni tan impactante significación estadística de mediar un mínimo de predisposición política para su resolución, pues Fene es más que ningún otro, el ayuntamiento del ámbito territorial gallego que reúne las mejores condiciones para la reactivación, al menos eso indica el hecho de tener un 5, 5% de su superficie total clasificada como suelo industrial consolidado, con ventajosa localización estratégica como aporte dinamizador y optima condición para cumplir la función de enclave industrial de referencia.
Oferta de suelo que facilita la instalación o diversificación de nuevas actividades económicas, y con ello la reactivación municipal; pero si aún así se mantiene idéntica tónica, entonces debe resultar obvio que no es la planificación territorial lo que falla, sino que el mal de nuestro estancamiento hay que buscarlo exclusivamente en la apatía institucional causada por el comportamiento de una clase política de menguada capacidad ejecutiva y sin la mínima predisposición por reconquistar y vitalizar el tejido productivo, a pesar de los perniciosos efectos que su indolencia induce en el futuro del ayuntamiento y de sus gentes.
Ahora bien, en tanto se mantenga infrautilizada y cautiva la amplia bolsa de suelo industrial ocioso de titularidad pública y las decisiones políticas sigan dependiendo de los mismos de siempre, resultará imposible que Fene pueda tirar rentabilidad de sus potencialidades endógenas, por ser tales cortapisas los obstáculos que impiden consumar una reindustrialización acorde a la demanda.
Y por tanto, de persistir en esta tónica huelga decir que será materialmente imposible generar empleo, y sin alcanzar este objetivo por mas expectativas que se difundan, resultará totalmente inviable cualquier intento de recuperación a nivel demográfico, impidiendo con ello toda probabilidad para que quienes viven en Fene tengan garantía de futuro y puedan echar raíces en su localidad.
Mal vamos por eso, si a lo ya referido añadimos la revuelta desencadenada recientemente por los gregarios locales del PP y el PSOE, quienes después de haber actuado como cómplices del proceso, ahora de nuevo en comandita, intentan el asalto a la Alcaldía vía Moción de Censura con la única finalidad de hacerse con el poder municipal para desde allí neutralizar toda reivindicación orientada a la reactivación industrial del Ayuntamiento
Por eso, la expurga de estos políticos municipales debe ser entendida como una exigencia perentoria…!!!!