Hay ciertas averías cuyo arreglo puede provocar un desbarajuste en la economía del hogar. Hace unos días publicamos un artículo en Autocasion.com en el que mostrábamos las diferentes vías de financiarlo.

En estos momentos en los que las economías domésticas están calculadas al milímetro, hacer frente a una avería en el coche puede echar por tierra cualquier planificación. Una junta de culata o una correa de distribución rotas, unos inyectores estropeados, el deterioro del compresor del aire acondicionado... Son algunos de los imprevistos que llegan siempre en el momento más inoportuno y nos llevan de cabeza al taller.
Así, sumando las horas de mano de obra empleadas para subsanar el estropicio y los materiales que debe usar, la reparación de alguno de estos desperfectos, que representan una ínfima parte de los que nos podemos encontrar, pueden llegar a costar hasta 3.000 euros. Y no siempre se dispone de ellos.
Pedir un crédito en un banco o caja para costearlos puede ser una solución al problema. Eso sí, antes de optar por esta vía se deben tener en cuenta varios aspectos, recuerdan los expertos del comparador de productos bancarios Bankimia. Valorar la cantidad de dinero que se ha de pedir y los intereses que va a cobrar la entidad financiera son algunos de ellos.
A continuación listamos algunas de las alternativas a la hora de pedir un crédito para arreglar una avería en el coche:
- Préstamo personal de concesión rápida: Se hacen efectivos en unas 24 o 48 horas aunque el solicitante sabe casi al instante si se lo van a otorgar. Normalmente no suelen superar los 10.000 euros, a retornar en hasta cinco años. Se pueden solicitar por teléfono e internet. El DNI, las últimas nóminas, el historial laboral y bancario son algunos de los documentos que se le exigen al prestatario. Los intereses a los que se debe hacer frente son caros que otros tipos de préstamo.
- Anticipo de la nómina: Para poder acceder a este tipo de créditos, previamente se tiene que tener la nómina domiciliada en la entidad en la que se solicite. Normalmente financia importes pequeños, a las veces de cuatro nóminas o 6.000 euros, a retornar entre uno y doce meses. Si bien no cobran intereses, sí que incluyen comisiones por apertura y por estudio que rondan el 3%.
- Mini préstamo: De concesión inmediata, en apenas horas, ofrecen importes bajos, a lo sumo 600 euros, que se deben devolver en una sola cuota, en un máximo de 30 días. Se pueden pedir por internet, teléfono e incluso SMS y las empresas que los contratan no acostumbran a reclamar demasiados requisitos. Por norma se tendrían que usar para gastos extremadamente puntuales porque los intereses que se han de pagar son bastante caros.
- Aplazamiento de los pagos con la tarjeta: Hay tarjetas de crédito que permiten fraccionar los pagos que se realicen con ellas. Normalmente, las financieras ponen a disposición del titular una cantidad de dinero que éste puede utilizar, totalmente o en parte, o no. El importe máximo difiere según el banco o caja, al igual que el tipo y la cantidad de aplazamientos. Los intereses, que sólo se cobran por la cantidad de dinero que se utilizan, están entre el 12% y el 25%.
- Préstamo pre-concedido: Son créditos que ofrecen bancos y cajas a aquellos clientes que operan desde hace año con ellos y tienen varios productos en la entidad. El usuario dispone del dinero, normalmente se mueven entorno a los 5.000 y los 20.000 euros, casi al instante y puede utilizarlo según necesite. Los puede conseguir por teléfono, internet, en las oficinas de la entidad o, incluso, en los cajeros automáticos. Los tipos de interés oscila según firma pero se mueven entorno el 7 % y el 11%.
- Empeño de coches: En la actualidad, existen empresas que ofrecen préstamos empeñando el vehículo por el 50% su valor de tasación. Mientras no se sufraga el crédito se puede seguir haciendo uso del coche pagando una cuota de alquiler. En ocasiones se da la opción de liquidar el crédito sin pagar intereses.
Sea como sea, antes de decidirse por una opción u otra el prestatario (persona que solicita el crédito) debería analizar su situación personal, si podrá hacer frente a los pagos del préstamo, y la urgencia con la que precisa el capital.