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El presidente de Argentina, Mauricio Macri, mostró este jueves su frustración por la "dramática" situación en Venezuela, donde, con pesimismo, dijo no ver una salida fácil a la crisis, en la segunda jornada de su visita de Estado a España.
Tanto en rueda de prensa con el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, como en un coloquio con el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, Macri se refirió a Venezuela para advertir de que en el país "las cosas están cada vez peor".
"Es una situación frustrante, porque comprueba que siempre hay un escalón más hacia el infierno", dijo Macri en la conversación con Vargas Llosa, con quien de forma distendida abordó las reformas económica en Argentina, el auge del proteccionismo en el mundo o los peligros a la democracia en América Latina.
"La sensación es de terrible impotencia, porque aún hay dirigentes en el mundo que caen en el eufemismo de defender la situación" y piden esperar hasta las presidenciales de 2018, señaló Macri en el acto, al que acudió el padre del líder opositor preso Leopoldo López.
Pero "uno ve lo que está pasando en Venezuela y dice: 'Esto no puede aguantar dos horas más'", aseveró, al admitir no obstante: "Hoy no sé cuál es la salida" a la crisis política y económica en Venezuela.
Desconfió de que una eventual suspensión de la Organización de Estados Americanos (OEA) ayude, ya que recordó que el Mercosur apartó a Venezuela y lo que logró fue "potenciar su aislamiento (...) y redoblar en sus políticas coercitivas" del presidente Nicolás Maduro.
"Hoy no se ve ningún tipo de mecanismo, porque hay un país que está quebrado internamente" dirigido por "esta conjunción de ejército y gobierno que impide salir de esta situación, porque todo aquel que piensa distinto va preso", abundó.
- Enorme preocupación -
De su lado, Vargas Llosa, que al igual que Macri defiende la ideología liberal, criticó la "falta de solidaridad de los gobiernos democráticos" latinoamericanos "frente a un caso tan flagrante de una dictadura" como en Venezuela.
Horas antes, Macri dijo junto a Rajoy tras una reunión en el Palacio de la Moncloa que ambos comparten la "enorme preocupación por lo que están sufriendo los venezolanos".
"Sinceramente espero que esto termine a la mayor celeridad posible y quiero para Venezuela exactamente lo mismo que quiero para España", democracia, libertad y derechos humanos, expresó Rajoy, que al igual que Macri ha sido blanco de duros epítetos de Maduro por sus críticas a la situación en Venezuela.
Por otro lado, Macri se refirió al caso de la activista Milagro Sala, cuya detención hace un año fue criticada por la ONU, al afirmar que su gobierno ha invitado a organizaciones de derechos humanos a visitar el país en meses próximos para que constaten que "en Argentina la justicia funciona".
Pero en la rueda de prensa, Macri insistió en lo que es el objetivo primordial de su visita: seducir a las empresas españolas para que inviertan en Argentina, para ayudar a reactivar la economía del país, actualmente en recesión.
Hasta hace una década su principal inversor extranjero, España pasó a ser el segundo, en un contexto de roces de Madrid con Buenos Aires bajo el gobierno de Cristina Kirchner, que en 2012 nacionalizó la petrolera YPF, en ese momento propiedad de Repsol.
Superado ese capítulo, Macri, que llegó al poder en diciembre de 2015 prometiendo una "lluvia de inversiones", destacó "un nuevo camino de normalidad" bilateral, al garantizar seguridad jurídica y "estabilidad macroeconómica" a los españoles.
- Agenda empresarial -
Después de haber participado el miércoles en varios actos con el rey de España, quien saludó el proceso de "transformación" en Argentina, Macri desayunó este jueves con importantes empresarios españoles y en la tarde se reunió con representantes de pymes.
En Madrid junto a 200 empresarios argentinos y varios de sus ministros, Macri participará el viernes en un foro de inversión y luego Rajoy le entregará el premio Nueva Economía Fórum 2017.
Tras una reunión con el expresidente del gobierno José María Aznar, Macri retornará el sábado a su país, donde lo esperan amenazas de protestas de movimientos sociales y escándalos por supuestos favores del gobierno a su familia.