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El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que se jacta del crecimiento de la economía y de haber terminado con el poder de los militares, disputará el domingo la presidencia a Ekmeleddin Ihsanoglu, un profesor experto en el islam.
Desde hace varias semanas, este profesor respetado y gran conocedor del islam hace campaña presentando una imagen totalmente diferente de la de su rival, que quiere una presidencia con todos los poderes.
Ante las grandes ambiciones del primer ministro islámico-conservador, gran favorito de las encuestas, Ihsanoglu opone su voz dulce y, en privado, manifiesta su preferencia por una magistratura suprema neutral, en el marco parlamentario actual.
Una presidencia fuerte "no es conveniente para el país, es por ese motivo que Turquía rechazará ese régimen", dijo a la AFP el candidato conjunto del Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y del Partido de la Acción Nacionalista (MHP, nacionalista).
"Es el deseo personal [de Erdogan] o su fantasma [...] ciertas personas, incluso algunos políticos o intelectuales, pueden pensar que es algo bueno, pero nuestro país no lo aceptará", insistió.
- El legado laico de Atatürk -
Aunque se presenta como el sucesor de Mustafa Kemal Ataturk, el primer presidente de la República nacida en 1923 de las ruinas del Imperio Otomano, que instauró un Estado laico, Erdogan está considerado como uno de los principales enterradores de su obra.
Así lo manifestaron millones de turcos que salieron a las calles en las manifestaciones antigubernamentales de junio de 2013, acusando a Erdogan de haber erosionado el modelo de laicidad "a la turca".
Erdogan se enorgullece de haber lanzado el formidable crecimiento de la economía turca hasta 2011, y de haber logrado el retorno a los cuarteles de los militares, que desde hacía décadas ejercían una pesada tutela sobre la vida política del país.
"Actualmente, la democracia se enfrenta otro problema: la acumulación de todos los poderes en una sola mano, por un lado, y la desaparición del principio de separación de poderes", advirtió Ihsanoglu. "Deseamos que la Turquía moderna se reúna alrededor de los principios preconizados por Atatürk, queremos instaurar la serenidad en el país, porque para la gente, lo más importante, es vivir en paz y con confianza", dijo Ihsanoglu a la AFP.
Sin embargo, el candidato común de la oposición se encuentra en posición de inferioridad frente al primer ministro.
La encuesta publicada el jueves por la empresa privada Konda le adjudica 34% de los votos, contra 57% para Erdogan y 9% par el candidato de los kurdos, Selahattin Demkirtas.
El principal movimiento de oposición al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en el poder) de Erdogan teme que si llega a la presidencia lance una nueva y peligrosa ofensiva religiosa.
"Las medidas inspiradas por la religión aumentarán, la democracia retrocederá, el espacio de las libertades se reducirá", pronosticó esta semana a la AFP el vicepresidente del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Faruk Logoglu. "Erdogan quiere reanudar con el califato, aunque no se atreva a decirlo, utilizará la presidencia para tratar de imponerse como jefe del mundo musulmán", aseguro.
Este viernes, Erdogan fue de nuevo criticado por haber calificado de "mujer desvergonzada" a una periodista que preguntó a uno de sus rivales si en Turquía es posible cuestionar a las autoridades.