El tenista suizo Roger Federer, número dos del mundo, se impuso este sábado a su compatriota Stanislas Wawrinka en las semifinales del Masters de Londres y se medirá al serbio Novak Djokovic en la final.

Federer ganó 4-6, 7-5, y 7-6 (8/6), en un partido reñido de 2 horas y 48 minutos en que salvó cuatro bolas de partido y, en cambio, aprovechó la primera.

Fue el partido más bonito de la presente edición de este torneo que cierra la temporada reuniendo a los ocho mejores jugadores del año.

"Creo que tuve suerte esta noche. Stan jugó mejor desde el fondo de la línea y eso es generalmente decisivo en esta cancha. Pero seguí luchando", explicó Federer, de 33 años.

"Es duro, pero estoy encantado de jugar otra final en Londres", añadió Federer, que tuvo entre los espectadores a la selección colombiana de fútbol que el viernes jugó un amistoso en Londres.

Federer y Wawrinka se habían enfrentado en 16 ocasiones y el segundo había ganado en sólo 2, ambas sobre tierra batida, en el torneo de Montecarlo.

Este sábado estuvo más cerca que nunca de su tercera victoria y la primera en cancha rápida.

Tuvo contra las cuerdas a Federer, que salvó tres bolas del partido con 5-4 en el tercer set, y luego una más en el juego de desempate con que se resolvió el partido.

En unos días pasarán de rivales a compañeros, cuando se midan a Francia en la final de la Copa Davis.

Djokovic, que en la otra semifinal batió al japonés Kei Nishikori, se ha asegurado ya acabar la temporada como número uno mundial y el partido del domingo (18H00 GMT) servirá para ver quién se embolsa los 2 millones de dólares para el ganador.

El serbio ha ganado el Masters en tres ocasiones y Federer en seis.

Wawrinka, de 29 años, número 4 mundial, salió con más osadía ante el tenista más laureado de la historia con 17 torneos del Grand Slam.

Wawrinka rompió el segundo servicio de Federer para colocarse 3-1 y mantener la ventaja hasta la victoria en el set por 6-4.

En el sexto del segundo set, con 3-2 a favor de Federer, Wawrinka superó el momento crítico al ganar las tres oportunidades de ruptura del rival gracias a su servicio -su mejor aliado de la noche- y llevarse el juego.

El segundo set discurría codo a codo pero, cuando llegó el momento de la verdad, Wawrinka, inexplicablemente, regaló su último servicio y el set a Federer (6-4).

Parecía que Wawrinka acusaría un bajón tan inesperado, pero ganó el primer juego del tercero, con Federer al servicio, y por muy poco mantuvo esa ventaja hasta el final, pero sus golpes de derecha y su servicio perdieron fuerza en el peor momento y acabó entregando el partido.