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Felipe VI expresó este jueves su "fe en la unidad de España" y prometió una monarquía "íntegra y transparente" en su primer discurso como nuevo rey de un país que se enfrenta al independentismo en Cataluña y el País Vasco y a escándalos de corrupción que han llegado a la familia real.
Tenemos "fe en la unidad de España, de la que la Corona es símbolo", afirmó durante su proclamación en el Congreso, en presencia de diputados y senadores, así como de los presidentes autonómicos, entre ellos el catalán, Artur Mas, y el vasco, Iñigo Urkullu.
El monarca rindió un "homenaje de gratitud y respeto" a su padre, el rey Juan Carlos -que abdicó tras 39 años de reinado- como representante de "una generación de ciudadanos que abrió camino a la democracia, al entendimiento entre los españoles y a su convivencia en libertad" tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975. Y expresó su deseo de obrar para construir una España "en la que no se rompan nunca los puentes del entendimiento".
Felipe VI expresó su "fe en la unidad de España", para aclarar de inmediato que se trata de una España en la que "caben todos", puesto "unidad (...) no es uniformidad".
La Constitución de 1978 "reconoció nuestra diversidad como una característica que define nuestra propia identidad, al proclamar su voluntad de proteger a todos los pueblos de España, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Una diversidad que nace de nuestra historia, nos engrandece y nos debe fortalecer", proclamó.
La cuestión está candente, ante la determinación de Mas de llevar a cabo el 9 de noviembre un referéndum independentista en Cataluña, al que el gobierno de Mariano Rajoy niega cualquier validez jurídica.
Felipe VI también expresó su esperanza de reconciliar a los españoles con las instituciones, monarquía incluida, fuertemente desprestigiadas por los escándalos.
"Deseamos una España en la que los ciudadanos recuperen y mantengan la confianza en sus instituciones y una sociedad basada en el civismo y en la tolerancia, en la honestidad y en el rigor, siempre con una mentalidad abierta y constructiva y con un espíritu solidario", declaró.
El crédito de la monarquía, fundamental en los inestables años de la transición democrática, decayó últimamente por escándalos como la imputación judicial de la infanta Cristina, hija menor de Juan Carlos, o la costosa cacería a Botsuana del monarca en plena crisis económica.
"La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente", dijo Felipe en su discurso.
El nuevo monarca destacó además la cercanía cultural, económica y lingüística entre Madrid y América Latina, "un activo de un inmenso valor que debemos potenciar con determinación y generosidad", afirmó.