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El verde indica las emisiones de radio asignadas por el Very Large Array, mostrando el gas caliente alrededor de Sgr A*. Las áreas rojas y azules son las emisiones de SiO conforme a lo previsto por el ALMA, las zonas azules se mueven a mayor velocidad. Crédito: Yusef-Zadeh et al, ALMA (ESO, NAOJ, NRAO) NRAO / AUI / NSF.
No hay duda que los agujeros negros tienen mala reputación, los conocemos como los objetos más destructivos que existen en el Universo, todo aquello que atreve acercarse a ellos es destruido, es devorado para añadir su masa a un objeto ya de por si extremadamente pesado. Esta es la imagen que tenemos de unos colosos capaces de destruir estrellas, pero en la mente de muchos existe una idea totalmente contraria, ¿podrían estos titanes permitir la formación de nuevas estrellas?
Pero esta idea ha dejado de ser tal y tenemos evidencias de que esto es lo que podría estar sucediendo justo en el centro de nuestra galaxia.
Los astrónomos tienen una idea aproximada de cómo se forman las estrellas, aunque todavía se nos escapan un montón de detalles, básicamente una densa y fría nube de gas interestelar recibe un pequeño impulso que permite que el material se condense formando así una nueva estrella. Sin embargo, el gas que rodea un agujero negro es caliente, y las fuerzas a las que está sometido impiden que se forme cualquier objeto en el disco de material que rodea a los agujeros negros, es difícil imaginar cómo un grupo de gas podría mantenerse unido en tan estrecha proximidad a un monstruo gravitacional.
Pero, dejando de lado lo que la lógica dicta, se ha encontrado una evidencia que señala a la presencia de formación estelar a unos dos años luz de agujero negro supermasivo del centro de nuestra Vía Láctea, el que conocemos como Sagitario A* (abreviado como Sgr A*). Gracias al ALMA y al CARMA, (a veces los astrónomos demuestran tener algo de imaginación y sentido del humor), en fin, gracias al Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA), cuando tenía sólo 12 antenas y al Combined Array for Millimeter-Wave Astronomy (CARMA), un grupo de astrónomos dirigido por Farhad Yusef-Zadeh de la Universidad Northwestern ha detectado la presencia de emisiones de monóxido de silicio (SiO) cerca del agujero negro supermasivo.
Pero la presencia de nubes moleculares de SiO no es un indicador definitivo de la formación estelar, pero sí que es importarte ver como estas se mueven a través del espacio. Las líneas de emisión del SiO muestran que los grupos se mueven a alta velocidad de manera que indican la presencia de un flujo de salida de material. Este tipo de salidas se observan con frecuencia en las regiones de formación estelar en las que no todo el material se incorpora en una nueva protoestrella, es decir, estas emisiones de SiO son consistentes con escenarios de formación de estrellas.
Una vez el equipo capto esta evidencia, trato de descubrir la presencia de nuevas protoestrellas en la región y, gracias las capacidades infrarrojas del Very Large Telescope instalado en Chile pudieron detectar la presencia de dos jóvenes candidatos estelares en las inmediaciones. La luz infrarroja puede penetrar el polvo y el gas, que habitualmente ocultan la luz visible procedente de la formación de estrellas.
Pero ahora se plantea una nueva cuestión, ¿Cómo estas estrellas podrían formarse en el turbulento ambiente cercano a un agujero negro de varios millones de masas solares?
Se han presentado dos nuevos escenarios para tratar de resolver esta pregunta, uno de ellos señala que la presión de la intensa luz ultravioleta procedente de las estrellas calientes situadas en la región alrededor de Sgr A* comprime el gas hasta el punto en el que puede llegar a colapsar y formar una nueva estrella. De ser así, la propia presión de los fotones de la luz de otras estrellas ayudaría a que los gases formen nuevas estrellas. También se ha planteado la idea de la colisión a gran velocidad de densas nubes de gas, lo que provocaría un aumento de densidad que llevaría finalmente a la formación de estrellas.
Sea como sea, este descubrimiento es un gran paso dado hacia lograr una explicación de cómo se pueden formar estrellas cerca de un agujero negro supermasivo. Sabemos que existe una población de estrellas en ese entorno, y sus movimientos son utilizados para establecer con precisión cuál es la masa del agujero negro. Sin embargo, desconocemos si estas estrellas nacieron en ese entorno o simplemente han sido arrastradas hasta las posiciones que ocupan en la actualidad debido a diferentes interacciones gravitacionales con otros objetos cercanos.
Este trabajo ha sido aceptado para publicación en la revista Astrophysical Journal Letters. Puedes encontrarlo en http://arxiv.org/abs/1303.3403