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La Fundación La Rosaleda organiza mañana miércoles, 10 de febrero, un homenaje al doctor Jacobo Máiz Bescansa, uno de los más destacados cirujanos plásticos de España y director en los últimos años de la Clínica Máiz emplazada en el centro sanitario compostelano La Rosaleda
En el homenaje, que será presentado por el Dr. Ignacio López Balboa, estarán presentes los doctores Juan Luis Morán Montepeque y María Encina Sánchez Lagarejo, que permanecen al frente de la Clínica Máiz tras el fallecimiento de su fundador. En el apartado de intervenciones participará el presidente de la Fundación La Rosaleda y ex presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor, que recordará la faceta más humana del Dr. Máiz, y el director general de la Clínica Plana, Jorge Planas Ribó, que destacará algunos de los méritos profesionales que han hecho de Jacobo Máiz uno de los más notables cirujanos plásticos del país, lo que le hizo merecedor en el año 2006 de la insignia de oro y placa de la Sociedad Española de Cirugía Reparadora y Estética.
Asimismo, durante el acto se proyectará un vídeo sobre el homenajeado y se presentará el primer premio Dr. Máiz, con el que se pretende distinguir el desarrollo de labores humanitarias y sociales en Galicia y cuyas bases figuran en la página web de la Fundación La Rosaleda (www.fundacionlarosaleda.org).
El presidente de la Xunta de Galicia clausurará el acto en el que se presentará el primer premio Dr. Máiz destinado a labores humanitarias y sociales en Galicia
Trayectoria del Dr. Máiz
Tras formarse con los mejores cirujanos plásticos del país, Jacobo Máiz rechazó quedarse en Madrid para regresar a Santiago, su ciudad, y poner en marcha una especialidad que por aquel entonces no existía. Para ello contó con el apoyo del Dr. Puente que lo admitió dentro de su equipo de Cirugía General en el hospital compostelano, situado en el actual Hostal dos Reis Católicos.
Desde un principio el Dr. Máiz quiso desvincular la cirugía plástica de su aspecto más banal y centró buena parte de su trabajo en aspectos como la reconstrucción mamaria posterior a procesos cancerígenos o las reconstrucciones faciales. En su larga trayectoria profesional, tanto en la sanidad privada como en la pública, intervino a más de 32.000 pacientes y llegó a ser responsable del Servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. Jubilado en 2007, decidió continuar su carrera profesional en su consulta privada y en el hospital La Rosaleda, al que trasladó la Clínica Máiz apenas dos años antes de fallecer a causa de una enfermedad.