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Mi segunda escapada de verano ha tenido como primera parada Granada, una ciudad de larga tradición árabe y cuya caída en manos cristianas podría ser considerado como en punto de arranque definitivo en la configuración de lo que hoy conocemos como España. Granada no tiene un pasado romano tan marcado, ni de lejos, como lo tiene Zaragoza, sin duda alguna debida a la muy anterior "reconquista", o más bien, conquista, de ésta por Alfonso I el Batallador allá por el año 1118. Granada, sin embargo, se mantuvo como dominio musulmán hasta 1492 cuando los reinos de Castilla y Aragón, ambos en manos de los llamados Reyes Católicos pero no unidos como un solo reino, la conquistaron e incorporaron a sus dominios. Así, pasear por las calles más históricas de Granada es introducirte en la atmósfera árabe y cristiana del pasado peninsular, caminar inmerso en los aromas y sabores de las especias, y asistir, casi como si de un viaje en el tiempo se tratase, a algunos de los capítulos clave no solo de la historia de España, si no también, y tal vez más importante, de las civilizaciones Cristiana y musulmana.
Caminando por GranadaOlvídate de autobuses o taxis, Granada, como cualquier otra ciudad con semejante pasado y patrimonio histórico-artístico, debe ser vivida a pie, explorando sus calles y rincones, y viviendo su esencia.
Nada más llegar a la ciudad me alojé en el Hotel Los Jerónimos, ubicado en el centro de Granada, a la espalda del monasterio de mismo nombre, un conjunto renacentista iniciado en 1504 y cuya ejecución se debe en mayor medida a Diego de Siloé, entre otros magníficos artistas.
El primer gran núcleo de interés lo hallamos en el entorno de la catedral, donde podremos visitar sin desplazarnos más que unos pocos metros la propia Catedral de Granada, la Capilla Real (donde descansan los restos de los Reyes Católicos bajo bellísimos mausoleos), el Palacio de la Madraza, primera y única universidad (no en el sentido actual) pública de Al-Andalus construida a mediados del siglo XIV, la propia Plaza de las Pasiegas, donde podrás tomar un descanso a los pies de la catedral o disfrutar de un concierto espontánea de aires medievales, y el Mercado de Artesanía, un conjunto to de estrechas callejuelas en las que apenas caben dos personas una junto a la otra, repletas de pequeños comercios de artesanía local, la mayoría de inspiración árabe, y donde el visitante siempre encontrará algo que llevarse de recuerdo.
Y ya que estás tan cerca, busca el Corral del Carbón, única alhóndiga nazarí (s. XIV) que se conserva íntegra en la península.
Otro de los núcleos de interés se inicia en la llamada Puerta de Elvira (bab-Ilvira), construida en el siglo XI y principal acceso a Granada durante la etapa de dominación islámica.
Cruza bajo este monumental arco e inicia tu andadura por la propia Calle Elvira, preferiblemente en un paseo nocturno, y una vez más te verás inmerso en el pasado más histórico de la ciudad, con estrechas calles que se entrecruzan, ambientadas con decenas de pequeños comercios árabes, y donde también podrás disfrutar de un rico kebab.
Culminará tu paseo en la Plaza Nueva y, si has seguido mi consejo de realizarlo por la noche, te recomiendo continuar hacia tu izquierda y ascender por la Carrera del Darro, estrecha subida empedrada, a orillas del río de mismo nombre, que te conducirá hacia diferentes miradores que te permitirán admirar la Alhambra nocturna e iluminada.
Y por supuesto, dejo para el final el espacio estrella de todo visitante a Granada, el conjunto histórico, artístico y cultural integrado por la Alhambra, el Generalife y la Alcazaba, con mención expresa a los bellos Palacios Nazaríes. Para esta visita te recomiendo calma y tiempo, y si es verano, comienza bien pronto; admirar una obra monumental tan bella y magnífica requiere su tiempo, al menos si deseas saber qué estás viendo. Yo subí con calma (por supuesto, caminando desde la Cuesta de Gomérez, frente a la Plaza Nueva que antes mencioné), llegando a mi destino a las 9:30 para iniciar una larga y apasionante visita que culminó ya pasadas las 14:00 horas.
Y hasta aquí hemos llegado en esta nueva escapada. Evidentemente, te he hablado de lo más destacado, lo realmente imprescindible, pero camina con los ojos bien abiertos a través de Granada porque descubrirás abundantes "tesoros" escondidos. Próxima parada, Córdoba, donde ya me encuentro, si bien escribí este post en el propio bus desde Granada.
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